Un ciudadano empadronado

Pero hay okupas y okupas. Los funcionarios del Cabildo que empezaron a ejecutar las órdenes de desalojo de los locales comerciales del Estadio Insular se encontraron con situaciones verdaderamente sorprendentes. Había algunos locales ocupados por personas sin techo que habían conseguido acceder a ellos y que simplemente pernoctaban allí. Fueron desalojados sin más y esos espacios tapiados. Luego, poco a poco, se han ido recuperando las concesiones y los comercios y entidades instalados se han terminado marchando. Pero la situación más pintoresca la protagonizó un ciudadano que había conseguido empadronarse en el Estadio Insular, como lo leen, un ciudadano logró que el Ayuntamiento le reconociera uno de los locales del recinto público como su lugar habitual de residencia. No nos negarán que es para revolcarse de tanta efectividad y coordinación institucionales. Porque sabrán que para empadronarse hay que acreditar con certeza que se vive donde se declara.