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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Los coches oficiales, en La Favorita

Ya ha pasado un mes desde que el nuevo alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, tomara posesión de su cargo y ya empiezan a notarse las novedades. Ligeritas, pero novedades. ¿O no va a ser una novedad que Cardona se haya instalado en la sexta planta de las oficinas municipales de León y Castillo? Pues claro que lo es. Este mismo miércoles abandonará el recientemente remodelado edificio de las Casas Consistoriales de Santa Ana el último funcionario allí destinado, con lo que la millonaria inversión -mayormente realizada en tiempos del PP- servirá solamente para la celebración de los plenos del consistorio. Cardona, al que sus adversarios llaman ahora Cardoking tras haber confesado que “ha tenido un sueño”- no ha podido cumplir aún con su promesa de instalar su despacho en la planta baja de las oficinas del hotel Metropole, donde sencillamente no cabe una ocurrencia así, a no ser que se quiera restar espacio a los servicios ciudadanos. No es esa, sin embargo, la única promesa que no va a poder cumplir, porque la de los coches oficiales se está convirtiendo en una auténtica memez. Los concejales, como ha ocurrido siempre, acuden en sus coches particulares a trabajar, los aparcan en el parking anexo, para lo cual cada uno tiene su tarjeta de abonado. Cuando necesitan desplazarse por razones de sus responsabilidades, piden un vehículo de titularidad municipal, como es normal y razonable. Antes estaban todos a mano, en las mismas oficinas municipales, pero ahora, para que se note el cambio y no se vean los coches, los se estacionan en los talleres municipales, que están en La Favorita (fitetú), a unos ocho kilómetros de distancia. O sea, que para que la medida populista se note, el Ayuntamiento gasta más tiempo y más dinero.

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