El cuello del secretario general

Tras ese almuerzo en el Goya, en el que, entre otros, intervinieron el alcalde de Arucas y el senador Arcadio Díaz Tejera, el secretario general grancanario, José Miguel Pérez, no se apartó un segundo de Juan Carlos Alemán. Así, juntos, se enteraron que se había producido un vuelco en las opciones de Zapatero y que ganaba la batalla la posición de los catalanes. Por lo tanto, si entraba Montilla entraban los dos ministros amigos del presidente, Jesús Caldera y Juan Fernando López Aguilar. Pedro Zerolo, aunque canario, lagunero, hijo del ex alcalde socialista de La Laguna Pedro González, entraba por la cuota de Madrid, por la cuota de Trinidad Jiménez y su equipo. Pero, ¿qué hubiera pasado si López Aguilar no es elegido miembro de la Ejecutiva Federal? La propia Trinidad Jiménez lo insinuó: “pues que venga por la comisión territorial”, en la que están los secretarios generales de las federaciones. Por tanto, el ministro de Justicia se debía postular como secretario general del PSC. La que se armó.