Mucho cuento en Líneas Armas

Alguna conmoción tiene que haber en la dirección de Líneas Armas que se termina traduciendo en un caos en el servicio. Dice el refrán popular que el que mucho abarca, poco aprieta, y algo de eso debe estarle pasando a la naviera cuando, en pleno proceso de expansión a destinos peninsulares y embarcada como está en trasladarse al muelle de La Esfinge para acortar el tiempo del trayecto entre La Luz y Santa Cruz de Tenerife, lo que consigue es el disgusto. El resultado, al menos de cara a los clientes, está siendo claramente catastrófico. ¿Ejemplos? Usuarios de la naviera han contemplado algunos episodios nada edificantes de empleados que se desentienden de las deficiencias del servicio, como el retraso en 20 minutos que sufrió el ferry de la tarde el pasado viernes con destino a la capital tinerfeña; o, este martes, el descalabro generado a la llegada del buque a La Luz por la tarde, a eso de las seis, en pleno solajero inclemente, sin más presencia transportista que unos ávidos taxistas apostados estratégicamente en el Muelle de Cambulloneros. Ni rastro del ferry bus, un presunto servicio gratuito de la compañía para acercar a los pasajeros de la quinta puñeta al muelle de Sanapú. ¿Y la encargada en la zona? Que no tenía ganas de discutir, que aquello que pasaba no era lo habitual y que esperen a ver si viene la guagua. ¿Y el de la guagua? Yo estaba esperando en Sanapú a que me llamaran y nadie me llamaba. Pensar que nos cargamos el jet-foil para que prometedores empresarios como Armas hicieran su agosto todo el año. Mamandurria bay.