La dependencia, en manos de asesoras externas

El caos lleva un tiempito instalado en la Dirección General de Bienestar Social, y no precisamente porque su titular no acuda a Gran Canaria, que puede ser peor, sino porque la organización y la gestión está delegada en manos sorprendentes. Por ejemplo, la responsabilidad de la gestión presupuestaria en materia de dependencia y otros programas que son competencia de este departamento, han quedado en manos de las asesoras externas de la directora general, también con despacho exclusivo en la sede de Residencial Anaga, en Santa Cruz de Tenerife. Son personas contratadas a través de una fundación, lo que parece se ha convertido en práctica habitual en esta consejería. Esas asesoras externas son las que representan a la Dirección General en las comisiones de coordinación con cabildos y organizaciones no gubernamentales. Los funcionarios de carrera y otros trabajadores públicos quedan al margen de las directrices de trabajo, la planificación, el seguimiento de la gestión y otras zarandajas tan poco importantes para que una Administración funcione con las atribuciones que marca la ley.