¿Cómo dice que dijimos?

A ver si nos centramos, a ver si nos centramos, ¿eh? Desde este lunes hemos iniciado la publicación de una noticia que cada día que pasa se parece más a uno de los mayores escándalos político-judiciales de la historia reciente de Canarias. Una más que conflictiva resolución de la Audiencia Provincial de Las Palmas dio lugar a que Dimas Martín pudiera presentarse a las elecciones. Es un dato objetivo e indiscutible, como lo es que entre los magistrados corresponsables de esa resolución se encuentra el que cuatro meses después fue nombrado viceconsejero de Justicia del Gobierno de Canarias, Emilio Moya. Es decir, otro dato incontestable. Tercero: Dimas Martín apoya al mismo Gobierno de cuyo organigrama forma parte el señor Moya. Y el PP, socio de ese Gobierno, es quien lo nombra. Nada que objetar y nada que poder rebatir. Jamás hemos dicho, sin embargo, que “el viceconsejero de Justicia llegó a ese cargo porque fue quien emitió la providencia que permitía a Dimas Martín presentarse a las elecciones”, como afirmó alegremente, larán, larán, larito, el periódico de papel Canarias 7 en su edición de este miércoles. Estamos ante un asunto muy serio, y si el viceconsejero pide que no se juegue con su honestidad, que no jueguen. Otros.