La euforia le podía

Jerónimo Saavedra y José Carlos Mauricio eran dos de los alrededor de quinientos invitados que asistían a la boda del mayor de los hijos del empresario Eustasio López. El acontecimiento se celebraba en el Gran Hotel Costa Meloneras, y fue oficiado, en la parte civil, por el alcalde Marco Aurelio Pérez, de los pocos dirigentes del PP que pudo verse en esta boda. Por allí andaba Mario Romero Mur, empresario del sector y amigo del padre del novio, y apenas nadie más de esa formación. A eso de las tres y media de la tarde, cuando Adán Martín ya había hecho su anuncio público (que se retrasó media hora, por cierto) Mauricio se levantó y con una copa en la mano, se dirigió a la mesa que ocupaba Jerónimo Saavedra junto a otros invitados. Allí brindó, eufórico, por la caída del PP, saludó victorioso al líder socialista y lo llenó de loas y buenos deseos para un futuro que el camarada promete de mucho entendimiento.