6.000 euros para un cóctel

La verdad es que a estas alturas de la película nos preguntamos si no seremos los comunes los que estamos instalados en el error. Será que nuestros sentimientos son obtusos, que no manejamos los certeros sondeos sociológicos, esos que arrojan datos que sólo la dirigencia es capaz de interpretar en clave inteligente. No es cierto que Gran Canaria, por ejemplo, sea una isla con necesidades sociales de primer orden, con problemas de vivienda, de desempleo, de infraestructuras, de marginación... No es cierto que la isla carezca de liderazgo político, y mucho menos que esté siendo manejada por perversos intereses instalados en Santa Cruz. Es incomprensible, viendo así las cosas, que seamos capaces de criticar a la estrella y guía de Tamarán, el Gran José Manuel Soria, por pretender gastarse en 2006 seis millones de euros en campañas de propaganda a mayor gloria de su personalidad y de lo buen gestor que sólo él ya dice que es. Porque en este contexto, hasta habría que felicitar a su Cabildo -cada vez más suyo y de nadie más- por haber otorgado una subvención de 6.000 euros a una boutique. Verán.