3 euros por voto y 12 para dietas

Los gerentes dinamizadores acudieron raudos y veloces a la llamada de Mario Cáceres por entender que, en su nombre, la convocatoria la hacía el Cabildo, para el que sigue todavía trabajando el coordinador de dinamizadores, y no en Santa Brígida, como por error les informábamos el otro día, sino en un lugar ignoto en que lo ha metido Ezequiel Ramírez, consejero de la cosa en el Cabildo, hasta que pase la tormenta y se pueda contemplar el paisaje sin brumas. El otro cerebro de la operación, Ana Santana, que montó su cuartel plateado en una tienda plateada del puerto, ha sido trasladada de Santa Catalina a Alcaravaneras. Pero volvamos a la reunión del 22 de febrero: Ayala y Cáceres contaron a los presentes cómo debían pedir el voto para determinadas candidaturas de determinados epígrafes de las elecciones de la Cámara de Comercio. También se les informó del precio a percibir por cada voto captado, es decir 3 euros (500 chuchas de antes), más 6 para gastos diarios. Nadie sabe de dónde salió ese dinero, esperemos que no fuera del Cabildo, que ya tuvo que ampliar la partida correspondiente para poder contratar más dinamizadores de los previstos inicialmente. Una terminología esta, la de dinamizador, acuñada por Suárez Gil en una reunión celebrada en Feprodeco, uno de sus inventos empresariales, con el objetivo de poder conseguir una subcategoría en la que encuadrar a los que no eran gerentes, y así poder pagar un poco menos. Con dinero público, claro.