Una filtración precipita las cosas

Un desastre. El presidente del Gobierno de Canarias se vio forzado a últimas horas de este viernes a actuar de modo urgente y casi atolondrado como consecuencia de una filtración periodística acerca de sus intenciones de remodelación del Ejecutivo. La filtración partió de un miembro de su Gobierno y el destinario fue un periódico de Gran Canaria. Si Soria fuera el afectado, ya estaría diciendo que se trata del mayor atentado contra la historia de la democracia desde que el mundo es mundo, pero Adán no actuó así. Lo que hizo fue mucho más meteórico, dado su tradicional modo de operar: ordenó adelantar a la noche del viernes la comparecencia pública que tenía prevista para el sábado y telefoneó a los afectados deprisa y corriendo. Tan deprisa y corriendo que algunos se enteraron diez minutos antes de ver al presidente por la tele. Otros ni siquiera llegaron a hablar personalmente con él.