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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Del frigorífico, al almuerzo

La astucia plateada, o los ya mencionados compromisos de agenda contraídos con anterioridad, hicieron que Suárez Gil llegara tarde. Lo suficientemente tarde para evitarse la nube de periodistas que, al inicio y durante los primeros minutos del acto, se ocuparon de exprimir convenientemente a los políticos y empresarios presentes. Desconocemos cuántos testigos hubo del abrazo que se dieron Antonio Rivero y José Miguel Suárez Gil, ni siquiera si habría presente algún fotógrafo para inmortalizar el momento. Pero sí conocemos los comentarios que sonaron entre dientes alrededor: “Se abrazan porque ahora mismo quedaría muy mal sacar las navajas delante de tanta gente”. Una hora después, Rivero, Suárez Gil, el dueño del macrofrigorífico y un reducido grupo de empresarios almorzaban muy cerca para tratar de arreglar las cosas. Muchos empresarios están hartos del espectáculo que la clase dirigente empresarial ha estado dando estos días y era el momento de arreglarlo.

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