De himnos y discursos

Seguimos con el relato de lo acontecido en Santa Cruz de Tenerife durante ese acto de homenaje al veinteañero Estatuto de Autonomía. Una de las cuestiones que pudieron constatarse es que por más empeño que le eche la Comisión Parlamentaria, esos Cantos Canarios de Teobaldo Power tienen difícil ejercer de himno de las Islas. Quedó claro cuando el personal allí reunido lo tomó por música ambiental o, al menos, eso pareció porque ni el gato abandonó el contacto de sus posaderas con el sillón. Distinto comportamiento manifestaron cuando terminado el discurso de Román Rodríguez, el último de la larga lista, sonó el himno de España. Algunos firmes, otros en posición de descanso, pero toditos en pie, ¡ar! Llegándonos hasta los discursos, lo cierto, es que hubo poquita brillantez, pero sí algún momento memorable como cuando José Miguel González, quien por cierto optó por echar veinte años atrás en el tiempo y lucir un look a lo Alaska de la época de Los Pegamoides con un tinte rubio la mar de indiscreto, destacó lo positivo que había sido establecer (¿por vez primera?) en 1986 impuestos sobre los combustibles. Juan Alberto Martín dio un saltito en su sillón tras recordar el salpafuera que montó González cuando él defendió esa iniciativa. Tampoco le sirvió al nacionalista portavoz haber pasado buen tiempo del viernes platicando con un conocido empresario de Las Palmas frente al cuadro del general García Escámez del Hotel Mencey. A poquito que hubiera visto el uniforme se habría dado cuenta de que en tiempo del Mando Económico se creó la Junta General de Carburantes que presidían los capitanes generales. O sea, que lo de gravar las gasolinas para arrejuntar perras viene de bastante más atrás que el REF y la Autonomía.