Tres instituciones y una friki

Ya se veía venir que este Consorcio de Rehabilitación iba a tener una trayectoria muy accidentada. Empezó a enseñar la patita (con perdón) la consejera de Turismo oponiéndose al nombramiento de José Fernández como gerente, pero el respaldo del Gobierno de España al que fuera su director general de Costas, más los votos favorables del Ayuntamiento y del Cabildo, permitieron la contratación. Luego vinieron las trabas del Gobierno canario a la hora de poner los dineros, pero todo se complicó realmente con la aparición en escena de Marco Aurelio Pérez, aupado a un cargo insular por el pacto entre el PSOE y Nueva Canarias para facilitar la gobernabilidad (esto siempre es un decir en un municipio así con unos políticos tan lamentables). Pérez ha querido controlar cada proyecto, cada obra, cada movimiento, lo que de inmediato a despertado las suspicacias de las demás fuerzas políticas sureñas, NC (Mari Pino Torres) y el PSOE (Conchi Narváez), y cuando no es uno es el otro el que complica las cosas aplicando un concepto de la política bastante obsceno y pueblerino. Los estatutos del consorcio permiten que una de las cuatro partes en presencia bloquee cualquier decisión, incluso que no se celebren reuniones de su junta si faltara alguna a la convocatoria. Poniendo solamente 200.000 euros, San Bartolomé ha decidido bloquear su futuro una vez más. Lo peor es que no hay alternativa al actual panorama, porque el PP, en la oposición, intenta repescar a Marco Aurelio Pérez. Y de NC y del PSOE no cabe esperar mucho más de lo visto. Por eso, lo mejor, resetear.