En el límite de la falsificación

Soria tiene una buena oportunidad para explicar a la juez y al fiscal anticorrupción qué documentos fue los que presentó en su primera comparecencia como imputado el pasado 26 de noviembre, si se los dio su asesor fiscal, si se los encontró debajo del microondas junto a los recibos del alquiler del chalet de Esquivel o si directamente los imprimió desde su ordenador tras un chapucero trabajo de escaneo y copy and paste. Aquellos papeles llamaron poderosamente la atención, no sólo de la magistrada y del ministerio público, sino también de la Policía, a la que se encargó que investigara la veracidad de los pagos y su concordancia con sus cuentas corrientes. Porque si se fuera a dar la circunstancia de que José Manuel Soria, todo un vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda, presentó a la Justicia unos documentos falsos, podría enfrentarse a un nuevo delito que no le ayudaría mucho en su defensa.