De maratones y de Forrest Gump

No una carrera atlética, cien al año. Vaya por delante que estamos muy de acuerdo con que la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria sea el escenario de manifestaciones deportivas populares como la que este domingo se celebró con motivo de la II Gran Canaria Maratón. Con lo que no estamos nada de acuerdo es con la elección de los talentos que el Ayuntamiento coloca al frente de la organización del resto de la ciudad, que no debe ni puede pararse por una carrera ni por la visita de un Papa de Roma. Como el personaje principal de Forrest Gump, se puede correr y correr sin un destino determinado, y estar en los sitios más importantes sin enterarse de lo que pasa alrededor. Eso es lo que hacen los responsables políticos y técnicos de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, que corren, corren y corren como posesos sin percatarse de que lo que tenían que hacer era otra cosa. La ciudad quedó este domingo partida por la mitad, y parece lógico si se piensa que la carrera discurrió por la zona baja de la capital. Lo que no tiene ninguna lógica es a) la casi nula, parcial y absurda información facilitada a los ciudadanos; b) la ausencia de agentes en los puntos neurálgicos de aglomeraciones provocadas por los numerosos cortes de calles; c) el desprecio absoluto a las quejas de los ciudadanos que llamaron para pedir que se solventaran tapones tan tercermundistas. ¿Alguna dimisión, quizás? Para lo que queda en el convento, que la sigan encharcando dentro.