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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Ignorancia o soberbia

Enrique Hernández Bento jura su cargo en presencia de José Manuel Soria

Ahí lo tienen: el esplendoroso recurso del Ministerio de Industria, Energía y Turismo contra la ley canaria de modernización y rehabilitación turísticas ha sido admitido por el Tribunal Constitucional con la consiguiente –y esperada- suspensión de los dos apartados referidos a la limitación de construcción de hoteles. Lo que se camufló como un gesto de cara a los inversores y un brindis a la seguridad jurídica se ha tornado un auténtico boomerang contra su autor intelectual, del que se espera alguna explicación razonable que no sea un exabrupto contra el Gobierno de Canarias. Porque por su ignorancia –la de este ministro canario- y de su brazo ejecutor, el subsecretario Hernández Bento, se cumplen los peores vaticinios: no se podrá autorizar ningún nuevo establecimiento turístico hasta al menos los próximos cinco meses, plazo legal que tiene el Constitucional para pronunciarse acerca de la conveniencia o no de mantener la suspensión cautelar. Y decimos ignorancia porque la soberbia y la mala fe ya se le supone a cualquier acción política maquinada por este dúo de patanes que no hacen otra cosa que enfangar la política y generar estropicios hacia Canarias con el fin de jeringar a su Gobierno y, por ende, a todos los canarios. La ignorancia ha presidido desde el principio este recurso, la demostraron Soria y Bento cuando desde Canarias se avisó del riesgo de la suspensión y ambos, con el tonito habitual, anunciaron que harían una aclaración. ¿Una aclaración? ¿Al Constitucional? No coneja. No llegó tal aclaración sencillamente porque es imposible efectuarla una vez se ha tramitado el recurso ante el Consejo de Ministros y, en nombre de su presidente, es enviado al Constitucional para su fallo. Soria se empeñó en que debía conllevar suspensión, sabedor de que cuanta más saña introdujera, más daño haría a Canarias, y cuando reparó en el tamaño del estropicio y en que los efectos serían más perversos que lo que pretendía evitar, intentó recular cuando ya era tarde. Así las cosas, el PP canario, todos al unísono, se han tragado en plan faquir esta nueva bravata de su comandante en jefe como si con ellos no fuera la fiesta.

El Bento que llamó ignorante a José Miguel Pérez

Esta metedura de pata del dúo zapatiesta nos ha hecho recordar aquel memorable artículo que distribuyó entre la prensa de Canarias Enrique Hernández Bento durante su paso por la Intervención General de la Comunidad Autónoma, cuando Economía y Hacienda la dirigía también con estrépito su amo y señor. El artículo se titulaba así, “El ignorante”, y con esa inigualable altanería con que se conduce este subsecretario incluía una amplia sarta de improperios contra José Miguel Pérez, a la sazón presidente del Cabildo de Gran Canaria. Sin el menor respeto institucional y como si de una trifulca de tráfico se tratara, Bento arremetía en 2010 contra Pérez por haber osado poner en entredicho lo que en aquella época pudiéramos considerar el Repsol que Soria tenía entre manos: la millonaria inversión en el sistema informático denominado Sefcan, un despropósito de dinero destinado a la compra de un software de gestión que tendrá a Canarias durante años cautiva de un proveedor, lejos de la tendencia generalizada de software libre que los sucesores de ese portento de la gestión pública tratan ahora de implementar. Tras releer esa antológica pieza, nos sigue asaltando la duda de si Bento pretendía defender el Sefcan o la insigne figura de su gran timonel, puesto en entredicho ya por entonces por el presidente Rivero hasta el punto de provocarse la ruptura en octubre de aquel mismo año por acontecimientos que sólo ellos manejan y los demás nos imaginamos. El artículo en cuestión terminaba dando consejos al actual vicepresidente del Gobierno: “Ese complejo de derrota que tiene [con Soria] se cura trabajando y liderando proyectos estratégicos, y no quejándose permanentemente de lo que hacen los demás”. ¿Proyectos estratégicos? ¿Quejándose de lo que hacen los demás? Está bonito este para un consejo.

Clavijo rectifica

Bueno y conveniente es reconocérselo: el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, ha reculado de inmediato y ha frustrado por completo (de momento) su intento de comprar con un sueldo de ese Ayuntamiento a la concejala que pretendía captar para que completara, con el número 14, su mayoría absoluta. Este mismo martes comunicó a la junta de portavoces que retiraba del orden del día del próximo pleno de la Corporación, a celebrar este jueves, el punto tercero que, literalmente, decía: “Propuesta de la alcaldía-presidencia sobre retribución de la concejala no adscrita Candelaria Inmaculada Marrero Cruz”. La señora Marrero, como quedó dicho aquí ayer, ocupa esa posición de “no adscrita” tras dimitir al ser irradiada de Los Verdes-Equo por su trayectoria digamos que frívola, lo que ahora se confirma con esa querencia al cálido infiernillo del poder. Esos mismos comentarios de ayer en esta sección terminaron por convencer a Clavijo de la inconveniencia de su decisión, que sólo iba a contar con el voto favorable de su grupo y el de la propia interesada en un hito que desde luego no iba a pasar desapercibido en absoluto. De haberse acordado así, La Laguna presenciaría cómo el voto de una concejala tránsfuga servía por los pelos para otorgarse un salario equiparable a un jefe de servicio sin trienios, es decir, 35.000 euros brutos al año. Felicitamos al alcalde lagunero y le garantizamos que permaneceremos atentos a lo que resta de mandato, no vaya a estar soñando con colar ese balón entre los tres palos valiéndose de la mano o en posición antirreglamentaria.

Marcial Morales cabrea a la progresía

Porque, aunque no se lo crean ustedes, en Coalición Canaria hay todavía un amplio sector progre del que el alcalde de Puerto del Rosario, Marcial Morales, es (o era, a estas alturas no estamos muy seguros) un referente muy sólido. Procedente de los movimientos cristianos de base, con una profunda conciencia social, Morales ha encabezado siempre las posiciones menos conservadoras en ese inmenso galimatías ideológico que siempre fue CC. Pero su posicionamiento del lado del sector tinerfeño que pretende remover a Paulino Rivero de la candidatura presidencial en 2015 le ha situado en el epicentro de un movimiento que no representa precisamente aquellos valores. Necesitado de gesticular para ser creíble en ese corazón de ATI, ha tenido la valentía de reclamar una renovación en la cúpula que se convierte en inasumible cuando se mira a su alrededor y se comprueba quiénes le acompañan en este viaje: los partidarios de reproducir un pacto con el Partido Popular, el que ha provocado los más dañinos destrozos a los derechos de los españoles en la historia de la democracia. Son los mismos compadres de aventura que promocionan a Ricardo Melchior para el Parlamento Europeo en un gesto que tendrá de todo menos de renovación. La participación del alcalde de Puerto del Rosario en el programa de TVE-Canarias El Debate, antes 59 Segundos, era conocida por la cúpula nacionalista antes de que se emitiera. Llamaba la atención en esos ambientes no sólo lo que dijo contra Rivero, sino que la tele estatal invitara a un alcalde de ciudad no capitalina sin haber hecho lo propio con otros dirigentes de mayor enjundia, verbigracia, el presidente del Cabildo majorero, Mario Cabrera. Claro que este no debe ser trago asumible por el director Taboada dada su inveterada manía de emplear epítetos muy duros contra Soria, contra el petróleo y contra todo lo que se mueva del lado donde deponen las gaviotas. Y, hablando de petróleo, esos mismos compañeros de Morales son los que han proclamado su gusto por las prospecciones siempre que se cumplan unas premisas que todos ellos saben que son incumplibles si a) anda Soria por medio y b) anda por medio una actividad tan peligrosa, molesta e insalubre como esa.

El Castillo, que lo pague el Cabildo

No nos movemos de Fuerteventura para referirnos a una de nuestras musas, la diputada Águeda Montelongo, presidenta insular del PP. Sin pretenderlo en absoluto, este miércoles será noticia por una iniciativa parlamentaria de su partido que se debatirá en el Congreso de los Diputados. El Grupo Popular pretende sacar adelante una proposición no de ley (PNL) por la que tratará de desbloquear sin desbloquear (ya saben) un problema atascado hace años en el municipio de Antigua: la regeneración de la playa del Castillo o de la Caleta de Fuste. A doña Águeda la situábamos en abril de 2012 vendiéndonos la burra de una solución alcanzada en la Dirección General de Costas, solución que jamás llegó, como puede apreciarse con una visita a la zona en cuestión. Y eso que en la campaña electoral de 2011 había recalado por Fuerteventura ese mentiroso incorregible que es González Pons, que dijo lo que pueden ustedes mismos escuchar en este vídeo que distribuyen sus adversarios por toda la isla. “En los primeros presupuestos de Mariano Rajoy estará la playa del Castillo y su rehabilitación, y les puedo asegurar incluso que si llegamos al Gobierno con un presupuesto ya aprobado, se modificará alguna línea de crédito para que la playa del Castillo esté rehabilitada para la próxima temporada turística”. Y para que la chulería no quedara así de rala, preguntó a un reportero si estaba “grabao”. Pues bien, casi tres años después, ni grabaos ni modificaos: los presupuestos del Gobierno no han incluido ni un euro para esa obra. Es más, la PNL que va este miércoles al congreso, defendida por el PP, sólo insta al Gobierno a “estudiar la posibilidad de buscar fórmulas de colaboración público-privadas a fin de ejecutar el proyecto” y que “a tal fin, se requiera la colaboración del Cabildo Insular de Fuerteventura y del Ayuntamiento de Antigua”. O sea, que las promesas las paguen los empresarios y el Cabildo majorero. Así cualquiera gana elecciones, ¿eh? González Pons es, por si no lo recuerdan, el que prometió que el primer año de Gobierno de Mariano se crearían tres millones y medio de empleos. ¿Tú los viste? El PSOE propondrá en este mismo debate que la obra se haga mediante un convenio entre el Cabildo y el Ministerio de Medio Ambiente, el de Cañete, y que en el mejor de los casos, la Corporación majorera adelante el dinero y que después se lo devuelva el Estado. A ver qué sale de eso.

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