El padrino (VII)

Hay mañanas de domingo que mejor ni menearlas. La de este último estuvo oscura, cerrada, tupida, pesada. No valía la pena salir muy pronto a pasear, así que no era mala idea poner la televisión y sintonizar con el programa Parlamento, de Televisión Canaria, un noble intento por divulgar para qué sirve un Parlamento y las personas que en él habitan. Un servicio público de los que cada vez quedan menos en las televisiones. La invitada de este domingo era Cristina Tavío, la presidenta del PP tinerfeño, y de su participación en el programa podemos comentar muchas cosas, pero la primera que se nos ocurre es confirmarles que en ese partido hay demasiada gente a la defensiva, demasiados nervios ante los numerosos casos de corrupción detectados. Y la niña Tavío, por mucho que esté apartada en Tenerife, por mucho que la ninguneen, no iba a estar ajena al descalabro. Ni tampoco a las consignas generalizadas, la más llamativa es la de la teoría del padrino. Vamos allá.