Pero que se pueda pisar

La fotografía que acompaña el presente comentario pertenece a un extremo del campo de fútbol Germán Dévora, situado en el complejo deportivo de La Ballena, en Las Palmas de Gran Canaria. Es uno de los campos de césped artificial inaugurados durante el mandato de José Manuel Soria en su particular empeño por apoyar el fútbol base y, según sus palabras, por sacar al deporte de aquellos terrenos de juego impracticables. Buena idea, proclamamos, si no fuera porque a pocos meses de inaugurarse el invento ya le hemos detectado dos fallos garrafales que denotan cierto descuido por la calidad y mucho empeño por el chunda-chunda. Ya les contamos aquí en una ocasión cuán difícil es penetrar en un excusado teóricamente diseñado para las necesidades de mayor cuantía, sencillamente porque las puertas no podían abrirse al tropezar con la vasija. Nada les decimos de los accesos para minusválidos, quizá porque el que diseñó la cosa pensó que no tienen derecho a acudir a instalaciones deportivas. Pero es que ahora resulta que nos encontramos con que el firme de los campos se hunde. Se hunde en el Germán Dévora, como muestra la foto, por lo que sugerimos humildemente a la señora candidata que cambie las cuñas de radio y que prometa más campos de césped artificial añadiendo al texto la promesa de que se cuidará de que lo que no se ve esté en condiciones. Gracias de antemano.