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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

El quinto intento de Soria

Carlos Sosa, José Manuel Soria y Josefa Luzardo, minutos antes del juicio por el caso Isolux, en el que el ministro resultó derrotado (CANARIAS AHORA)

Carlos Sosa

No estaba previsto que volviéramos de nuevo sobre el personaje, pero la actualidad manda. José Manuel Soria está en su derecho de ejercitar las acciones civiles o penales que considere en defensa de sus derechos e intereses legítimos, incluido, cómo no, su honor. Este jueves ha distribuido entre los medios de comunicación una demanda civil que teóricamente ha presentado ante los juzgados de la Plaza de Castilla contra el director de eldiario.es, Ignacio Escolar, contra su empresa editora y contra este periodista. Y decimos “teóricamente” porque se supone que la jurisdicción civil es inhábil en agosto salvo para medidas cautelares urgentes que, en el caso de esta demanda sin sellar que ha sido distribuida, no constan. Como habrán podido leer, la acción que emprende Soria contra los dos periodistas tiene su origen en la información que publicaron Canarias Ahora y eldiario.es este lunes en relación a sus ya famosas vacaciones en la República Dominicana, con hospedaje (de al menos dos días) en el fabuloso hotel Breathless Punta Cana, propiedad del Grupo Martinón, compañía a la que también pertenece el hotel Volcán de Lanzarote, donde desde también este mismo lunes (para que no falte de ná) Soria ha regresado a vacacionar por cuarto año consecutivo. La demanda, firmada por el abogado doctor Nicolás González-Cuéllar Serrano, aporta unas interesantes novedades a nuestras relaciones con el señor ministro que no nos resistimos a comentar, aunque sea con las naturales prevenciones y a sabiendas de que todavía no debe estar presentada. La primera novedad es precisamente la jurisdicción escogida. Soria ha abandonado por primera vez en su intercambio de litigios con Canarias Ahora la vía penal para adentrarse en la más sutil vía civil, puñetera como ella sola porque es la que de manera más cruel hace buena aquella maldición gitana de “tengas pleitos y los ganes”. Porque una reclamación en este ámbito casi nunca termina a plena satisfacción de las partes, unas veces porque el demandante no logra la cuantía deseada (cuando gana) y otras porque, aún ganando, sale perdiendo dinero. Del derrotado, por supuesto, ni les contamos. Y derrotado puede ser el demandado o el demandante, el segundo con el sangrante recochineo de ir por lana y salir trasquilado pagándole al reclamado el abogado y el procurador a precio de mercado, y con una cara de gilipollas que no te la quita nadie. Pues bien, esta vía es la escogida por Soria.

De 750.000 a 18.000 euros

La segunda novedad apreciada así al tuntún, sin entrar en más profundas consideraciones, es la cuantía de la demanda. Sus querellas por injurias y calumnias, de las que hemos sufrido tres, siempre han incluido una reclamación por indemnización superior a 500.000 euros, alcanzando la suma de sus pretensiones incluso los 750.000. Cuantías, por supuesto, acompañadas siempre de la máxima petición de cárcel, que para el caso de los delitos reclamados, es de dos años entre rejas. El rosario de querellas con el que nos ha obsequiado el señor ministro –todas ellas interpuestas durante su etapa en la política canaria- pretendía claramente el cierre de nuestro periódico y la muerte social de sus periodistas, especialmente la de su director. Es muy difícil encontrar un político con tan escasas habilidades democráticas que haya perseguido con tanto ahínco como fracasos a los medios informativos desafectos. Quizás sea Canarias Ahora el que más ha sufrido sus desquicies, pero no se han librado otros, grandes y pequeños, audiovisuales o impresos, de aquí o de allá. Y cuando parecía que Madrid le había curado sus desafueros, cuando se había convertido en el ministro de la democracia que más demandas internacionales ha generado contra el Gobierno, vuelve a las andadas. Esta primera demanda civil que nos interpone, que coincide con la primera que ejerce en el desempeño de su cargo como ministro, tiene una exigencia dineraria de 18.000 euros dinero que, según el texto entregado a la prensa, el presidente del PP canario pretende entregar a una ONG sin especificar. Si gana, claro. Por lo tanto, estamos ante una estimación económica del honor de José Manuel Soria que ha pasado de 750.000 euros a 18.000, y eso que estamos saliendo ya de la crisis con un crecimiento descomunal que es la envidia de Europa.

La verdad de cada causa

No falta a la verdad Soria (y es raro en él) cuando tanto en sus comunicados ministeriales como en su demanda asegura que el director de Canarias Ahora fue condenado en 2005 por un delito de calumnias. La condena consistió en indemnizarle con 4.000 euros y una multa de 21.000. Nunca nos hemos escondido para reconocerlo: fue por el caso La Favorita, el fabuloso pase que hizo el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, cuando el señor ministro era su alcalde-presidente, de una vieja fábrica tabaquera que fue comprada con fondos públicos por casi tres veces su valor de mercado. La clave de la condena estuvo en publicar que había que investigar una cuenta en Suiza de la que era titular la inmobiliaria que ejerció de intermediaria porque por aquellas fechas del pase hubo un viaje muy chiripitifláutico del concejal de Hacienda a ese país al que los tesoreros del PP acuden con preocupante frecuencia. Tuvimos una mala defensa y pagamos las consecuencias en forma de injusta condena. Qué se le va a hacer. Lo que no dice Soria es que sus otras tres querellas acabaron en fracaso del querellante, una de ellas en derrota humillante. La cuarta, una grave acusación de falso testimonio en juicio, se archivó en la fase de instrucción, no sin un indisimulado cabreo del juez por la mala baba que traía la denuncia. Las dos restantes acabaron en absoluciones de los periodistas a los que el hoy ministro perseguía. Debemos llamar la atención especialmente sobre la sentencia del caso Chalet en la que un juez nada sospechoso de pertenecer al mester de progresía le arreó en la cabeza con un una ristra de reproches por el uso torticero del poder para someter a los medios de comunicación, a la vez que dejaba en entredicho la autenticidad de unos recibos que el muy ministro presentó para tratar de justificar que pagaba el alquiler de un chalet que en realidad no pagaba. Un crack.

¿Servicios de prensa? Según convenga

Los servicios de agitación y propaganda del ministro fueron los que entregaron este jueves a la prensa la demanda que interpondrá contra los periodistas Ignacio Escolar y quien suscribe por una intromisión en el derecho al honor. Una acción judicial, de carácter civil, que se contradice con la amenaza de querella por injurias y calumnias (de carácter penal) que lanzó el mismo lunes al publicarse esas vacaciones sorianas en el Caribe. Pero todos somos libres de cambiar de parecer cuando nos apetezca, faltaría más. Sin embargo, tanto cambio de parecer, imprudentemente mezclado con este calor de justicia que nos atosiga, puede desembocar en efectos perniciosos. No puede ser que los mismos servicios oficiales de prensa del Ministerio de Industria, Energía y Turismo que el lunes elaboraron, ensoleraron y distribuyeron el mentís de Soria sobre sus jornadas de asueto en Punta Cana, sean completamente inservibles para confirmar, desmentir, matizar o pasar vuelta y vuelta nuestra petición de versión oficial sobre las vacaciones del mismo ministro en el hotel ilegal Volcán de Lanzarote. Como lo leen: con una amabilidad que siempre reconoceremos, los trabajadores de Prensa del ministerio declinaron este jueves cualquier pronunciamiento formal sobre las vacaciones del titular de la casa alegando que las mismas forman parte de su ámbito personal. Así las cosas, ¿cómo es posible que el comunicado de desmentido de su estancia sandunguera en el Breathless Punta Cana llevara membrete, sello y lista de correos del ministerio y el de Lanzarote haya quedado en un lacónico “no comment”? ¿Es más oficial una escapada al Caribe que diez días en Yaiza? ¿Qué pasó en la República Dominicana que ha forzado toda esta escandalera, mayor que la que deberían provocar unas vacaciones en un hotel clandestino? Cómo se nota la mano hábil y certera de Carlos Taboada al frente de la dirección de comunicación del ministerio. Menos mal que pronto tendrá el refuerzo de ese portento de las relaciones humanas y de las enfermedades de las palmeras llamado Juan Santana. Ay.

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