La realidad lo desmiente

Congelar los impuestos y a la vez asumir el reto y el coste político, he ahí la cuestión. La mismísima alcaldesa de Las Palmas reconoció este jueves que es complicado lo que viene pregonando el PP desde que empezó a ganar elecciones. Sobre todo cuando viene un organismo externo a certificar que las cuentas de la casa están patas arriba y que, como es norma habitual, el que venga detrás que arree. Lo malo es que los que suelen venir detrás son los ciudadanos, que terminan pagando la gracia con sus impuestos, o viendo cómo se enajena el patrimonio público para tapar agujeros. Mientras, asistimos perplejos al espectáculo de un Ayuntamiento endeudado hasta las cejas que ha sido incapaz de conseguir dinero de la Unión Europea en el mismo grado que consiguieron sus antecesores. Al final van a ser verdad las declaraciones torcidas hechas en Vecindario.