La renuncia a la ideología por votar a Soria

Menos mal que José Manuel Soria puso la guinda esotérica al debate electoral que la noche de este martes emitió Televisión Española en Canarias en un formato especial de su programa 59 Segundos. Alguien tiene que abrir la posibilidad de que este tipo de enfrentamientos dialécticos abandone su inexpresividad, su desgastado encorsetamiento para permitir a los telespectadores y a los electores presenciar un contraste de ideas un poco más vivo. Pero, como decíamos, la planicie en que se convirtió este 59 Segundos especial la quebró de modo abrupto y acantilado -como es costumbre- la última ocurrencia del candidato a presidente por el PP. Soria no puede disimular cuando miente o cuando fabula. Y le tenemos la matrícula cogida hace tiempo. Para pedir el voto, en los dos minutos de despedida, eligió la versión rancia y floja de la niña de Rajoy, disfrazada en este caso de votante socialista arrepentido que -citamos literalmente- “renuncia a su ideología” para votarle a él “porque creo que es mi tabla de salvación”. La supuesta anécdota se produjo en el aeropuerto Reina Sofía, y el presidente del PP la aderezó, cómo no, tirando del sentimiento que a todos nos despierta la tragedia del paro. El supuesto votante socialista que está dispuesto a renunciar a su ideología tiene dos hijos en el paro, ¡y cree que Soria lo va a solucionar! Pues claro que sí, señor socialista de toda la vida, lo solucionará con las mismas recetas que su partido ha venido aplicando los últimos 20 años en Canarias. Nunca nadie se había atrevido a tan infantil descaro para llamar la atención de los indecisos.