La solución mallorquina

Desgraciadamente esta es la flora y la fauna políticas que tenemos: una alcaldesa manipulada con descaro por Marco Aurelio Pérez, que a su vez ha prometido a Román Rodríguez, del mismo partido que la señora Torres, pedir a sus simpatizantes de Agrupación de Vecinos el voto para Nueva Canarias al Cabildo y al Parlamento en 2011. A cambio, Marco Aurelio recibe la promesa de controlar el Consorcio porque un Consorcio incontrolado equivaldría en Maspalomas a evidenciar que instituciones como el Ayuntamiento han sido y siguen siendo una absoluta calamidad. Y de paso, para trincar cacho, que con Fernández al frente del consorcio no hay manera de rentabilizar una puñetera obra. Ante una situación así es cuando se requiere audacia y valentía de políticos como José Miguel Pérez y Joan Mesquida, el secretario de Estado de Turismo: habría que convencer a Paulino Rivero para que CC y el PSOE promuevan en el Parlamento canario una ley al estilo de la balear. Allí se han puesto de acuerdo PP, PSOE y Unidad Mallorquina para legislar acerca del consorcio para la rehabilitación turística de Palma, y han dado amplias competencias urbanísticas a este órgano, homólogo al que acaban de bloquear aquí, para que sea el que tenga las manos libres para saltarse al Ayuntamiento y resolver los enquistados problemas de allí. Que son más leves que los nuestros, dónde va a parar.