Se subastan dos concesiones públicas

Los expertos en el mundo de la comunicación en general y de la televisión en particular todavía están restregándose los ojos tras ver el anuncio oficial publicado hace unos días en la prensa por el que se sacaban a subasta estas dos licencias de televisión digital terrestre, una en La Orotava y otra en Santa Cruz de Tenerife, ambas adjudicadas en su día a Manuel Artiles, que constituyó Mírame TV. El asombro es mayúsculo porque, siendo indiscutible que la Tesorería debe cobrarse lo que le deben, hacerlo subastando una concesión pública genera, digamos, ciertas dudas. Por ejemplo, ¿puede concurrir a la subasta cualquier ciudadano del mundo, esto es, cualquier no español y adquirir un cien por cien de dos frecuencias de televisión cuando las bases del concurso y la legislación española limitan la propiedad foránea en esta materia a un 25%? Pero, a mayor abundamiento, ¿será solo la variable económica la que permita a cualquiera acceder a unas concesiones para las que hubo en su día que preparar unas trabajadas ofertas con proyectos técnicos, propuestas de contenidos, parrillas de programación, contratación de trabajadores, formación, etcétera? Nadie ha anunciado hasta el momento la intención de recurrir esta subasta, suponemos que a la espera de que cualquier alma incauta se las adjudique, la Seguridad Social cobre y se descubra que todo podría ser un auténtico churro jurídico. Porque además de estas cuestiones, hay una principal.