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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Fin de ciclo en Coalición Canaria (o casi)

Rosa Dávila, Fernando Clavijo y José Miguel Barragán, tras conocerse los resultados del 26M

Carlos Sosa

Las Palmas de Gran Canaria —

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Coalición Canaria lo ha intentado esta vez con las tretas políticas más extravagantes, y con una campaña que pronto debería merecer un profundo estudio jurídico y fiscal. Pero no lo ha conseguido, o al menos no lo ha conseguido del todo. El nuevo sistema electoral, que necesita algunos ajustes, ha permitido un reparto de escaños mucho más acorde con el número de votos de la ciudadanía, lo que se ha traducido en que CC haya perdido la hegemonía de la que venía gozando estas tres últimas décadas. Su convicción de que el cortijo le pertenece, llevó a su secretario general, José Miguel Barragán, a anunciar la noche del domingo que este mismo lunes iniciaría conversaciones para seguir gobernando, un intento que por primera vez se encuentra con más obstáculos que posibilidades reales.

Algunos de esos obstáculos los ha levantado la propia formación, y otros han nacido fruto del cansancio de 26 años de hegemonía. Puede que por primera vez estemos ante un escenario cierto de fin de ciclo de CC, aunque todavía le queda alguna escapatoria.

Estos son los posibles gobiernos que se pueden formar a partir de ahora en Canarias: 1.- Gobierno PSOE-CC. Solo una imposición de Pedro Sánchez a Ángel Víctor Torres podría obligar a este último a formar un gobierno del PSOE con Coalición Canaria. Vendría derivado de la aritmética en el Congreso de los Diputados, donde las dos parlamentarias canarias, Ana Oramas y Guadalupe González Taño, fueran decisivas para una investidura pactada con Podemos. Ese acuerdo requeriría, por consiguiente, que Coalición Canaria levantara la línea roja que impuso desde hace meses, aquella que dice que no apoyará jamás ninguna alianza, ni mucho menos un gobierno, en el que esté Podemos, al que califica de populista y bolivariano, entre otras exquisiteces. Pero el terror a abandonar el poder en Canarias podría acabar de un plumazo con este veto. Cosas peores hemos visto.

2.- Gobierno CC-PP-Ciudadanos. Un gobierno por la derecha es el sueño de todo dirigente de Coalición Canaria. No solo por una coincidencia ideológica consigo misma y con la oligarquía a la que representa, como ha quedado especialmente acreditado en esta última legislatura, sino también porque tener al PP en casa permite a CC consolidar, e incluso agrandar, su espacio electoral en Tenerife, donde su principal competidor es precisamente el partido que preside Asier Antona. Este acuerdo se tropieza con el veto de Ciudadanos a apoyar a un presidente del Gobierno imputado, como lo está en estos momentos Fernando Clavijo por el caso Grúas. La solución ya está más que trillada en los foros políticos: el Parlamento designaría a Clavijo senador por la Comunidad Autónoma y ascendería a la condición de candidata a la presidencia a Rosa Dávila, actual consejera de Hacienda. De este modo no solo se levantaría el veto de Ciudadanos, sino que Clavijo vería cumplido su sueño de ser investigado por un tribunal para aforados. Como le pasó a su compañero de partido Miguel Zerolo, que en estos momentos cumple condena en la prisión Tenerife II.

3.- Gobierno PSOE-PP. Es una de las ofertas que ya tiene sobre la mesa el secretario general del PSOE y presidente virtual, Ángel Víctor Torres. La lanzó antes de la campaña el presidente del PP, Asier Antona, consciente de que su partido ya tiene muy poco que ver con el de su antecesor, José Manuel Soria, que llegó a acordar con la dirigencia nacionalista un reparto territorial del poder en Canarias para blindar a ATI en Tenerife. Este acuerdo, que suma exactamente 36 diputados, permitiría al PSOE hacerse con la presidencia de los cabildos de La Palma y Tenerife, que se sumarían al de Lanzarote, con altas posibilidades del de Gran Canaria en el caso de que decidiera romper con su actual socio, Nueva Canarias. Pero un pacto a la vasca en Canarias exigiría muchas dosis de pedagogía entre la militancia y los simpatizantes socialistas, solo justificable desde la óptica de los votantes tinerfeños, deseosos de ver caer el régimen de CC.

4.- Gobierno PSOE-Nueva Canarias-Podemos-ASG. Es en estos momentos el más factible y el que respondería a las invocaciones al cambio político que durante toda la campaña lanzó el candidato socialista. Presenta como dificultad la de su multitud, que obligaría a amalgamar en un pacto tanto los personalismos como los matices propios de cuatro formaciones distintas, hijas de sus propias familias y de sus tagorores, círculos y ejecutivas, pero cuenta de entrada con la predisposición de todas ellas. Casismiro Curbelo (ASG) ha negado que vete a Podemos, lo que descartaría cualquier tipo de impedimento, del mismo modo que ya ha aligerado su anuncio de campaña de que exigiría sentarse en el Ejecutivo en el caso de que se le reclamara su apoyo.

Porque, además, existe la modalidad del acuerdo de legislatura que permitiera al PSOE gobernar en solitario con un programa pactado con la izquierda del hemiciclo. Una fórmula, ya se sabe, que generaría bastante inestabilidad, aunque vista la experiencia, no existe ninguna en Canarias que garantizara lo contrario.

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