Los dueños de Alegranza fracasan en su intento de recuperar la propiedad del faro y los terrenos que lo rodean

Faro de Alegranza (DIARIO DE LANZAROTE)

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

Uno de los dueños de la isla de Alegranza en Lanzarote, Eduardo Jordán Martinón, ha fracasado en su intento de recuperar la propiedad del Faro y los 850.000 metros cuadrados que lo rodean. El Tribunal Supremo (TS) acaba de poner final a una larga batalla judicial en contra del intento der expropiación llevada a cabo en 1889 por poco más de ocho mil pesetas. Aunque es cierto que la misma nunca se llevó a cabo se indica acto seguido que a finales del siglo XIX, un total de 1.708 metros cuadrados los terrenos fueron cedidos gratuitamente para la construcción de faro. Sin embargo, como éstos eran insuficientes para que la familia que residía en faro puediera cultivarlos y pastorear el ganado. Por ello se inició un expediente de expropiación pero nunca se llegaronn a abonar las 8.000 pesetas, pese a que la cantidad fue aceptada por el propietario.

Los dueños han recurrido sin éxito contra el deslinde aprobado en el año 2009 por el que se incluyeron como dominio público casi 52.000 metros cuadrados en el que se incluye Alegranza, Roque del Este y La Alegranza. Ahora los propietarios originales indican que estos terrenos ya no tienen uso para el faro dado que este funciona de forma automática. Aunque el Supremo admite que se pudo haber cometido alguna irregularidad en la ocupación del suelo, acto seguido se indica que la ocupación se ha llevado a cabo de forma indefinida y pacífica durante 130 años. El TS considera que la vía del deslinde ha sido la correcta para declarar el dominio público de estos terrenos en cuanto sirven para la función del faro y además la ocupación nunca ha sido cuestionada.

Según la historia de este curioso litigio, en 1860, José García Lugo, dueño entonces de Alegranza cedió al Estado 1.708 metros cuadrados para construir el faro, que se construye en 1865. En él vivieron dos torreros y sus familias; y por entonces se dieron múltiples conflictos con los medianeros de la isla, por el cultivo de amplias zonas en torno al faro.

Por ello, en 1877 el dueño pidió al Estado que delimitara el terreno al servicio del faro. Este es el origen del supuesto expediente expropiatorio al que se refiere la Autoridad Portuaria. A partir de ahí se inicia el expediente de expropiación del los caminos y suelo de servicio del faro, no de los 850.000 metros que ahora ocupa el nuevo deslinde. Un expediente que los dueños dicen, no se culminó, porque no se declaró la utilidad pública, ni se abonó el justiprecio. Razones de nulidad de la expropiación.

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