Una joven rumana niega haber explotado a chicas de su país como prostitutas y una testigo afirma lo contrario

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

Una ciudadana rumana de 23 años, acusada de captar a jóvenes de su país para explotarlas como prostitutas en Gran Canaria, ha negado este lunes ante la Audiencia de Las Palmas los hechos que se le imputan y por los que la Fiscalía le reclama una pena de seis años de prisión.

La acusada, Elisabeta A., ha explicado al tribunal que ella se dedicaba a la mendicidad y a la venta de mecheros en Gran Canaria, donde también ejercía la prostitución a escondidas, para que no se enterara su familia, pero que no convenció a chicas de su país para que ejercieran la prostitución en la isla ni sometió o controló a ninguna con ese fin, como sostiene la acusación pública.

Una testigo protegida ha afirmado conocer a la acusada porque fue obligada por la hermana de la procesada, Emanuela A., a ejercer la prostitución en Gran Canaria y porque, cuando ésta se ausentaba de la isla, debía dar el dinero que obtenía por esos servicios a Elisabeta.

Según esta testigo, que cumple una condena de siete años de cárcel por un delito de robo con violencia, Emanuela le dijo que en España ganaría dinero pidiendo en las calles y vendiendo mecheros, pero en ningún momento le dijo que tenía prostituirse.

La testigo protegida también ha indicado que consiguió viajar a España en 2010 con Emanuela A, conocida por “Nana”, y que a partir de 2012 pudo apartarse de las dos hermanas, con las que vivió durante mucho tiempo en un piso de la capital grancanaria.

Además, esta testigo ha dicho que sabía que Emanuela A. enviaba a su hermana chicas procedentes de Rumanía para que ejercieran la prostitución en Gran Canaria, donde la Policía detectó, a partir de una investigación, un clan formado por esta familia, que poco a poco se fue marchando de la isla, hasta quedar solo la detenida, según han declarado los agentes que han investigado la causa.

Esta investigación policial se abrió en los años 2011 y 2012, cuando fue detectado un grupo dedicado a actividades delictivas relacionadas con robos, hurtos, contrabando de tabaco y trata de seres humanos y que, además de en Gran Canaria, operaba en Italia y distintos puntos del continente europeo.

Este grupo captaba a chicas jóvenes y sin recursos económicos, a las que les decían que podrían trabajar en Gran Canaria ejerciendo la mendicidad o vendiendo mecheros, si bien después las obligaban a prostituirse o a hurtar, como es el caso de dos jóvenes a las que, según la Fiscalía, la acusada captó, una en Italia y otra en Rumanía.

Según el Ministerio Público, a la primera la engañó para que viajara a Gran Canaria en mayo de 2014, donde tuvo que ejercer la prostitución en las calles de la zona del puerto de la capital de la isla, siendo controlada por la acusada, a la que tenía que entregar todo el dinero que ganaba, hasta que logró escaparse.

La acusada presuntamente contactó con la segunda joven en un viaje que hizo a Rumanía en junio de 2014, cuando la chica acababa de cumplir 18 años.

Esta chica carecía de recursos económicos y trabajo y tenía tres hijos, por lo que la acusada le propuso viajar a España, y para ello pagó su viaje hasta Gran Canaria, donde se alojó en casa de la acusada junto a la familia de esta.

De acuerdo con la información recabada por la Policía, la procesada retiró la documentación a la joven y le rompió la tarjeta telefónica para que no pudiera contactar con su familia y la obligó a prostituirse también la zona del puerto y en Playa del Inglés, según han explicado los testigos policiales, que han señalado que la acusada controlaba a la chica y le daba indicaciones de cómo hurtar a los clientes.

Esta joven fue obligada por la acusada a viajar a Génova (Italia), donde vivía entonces “Nana”, y allí también fue forzada a ejercer la prostitución.

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