Un hombre es condenado a 20 meses de cárcel por falsificar documentación para vender un coche que nunca entregó

Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

Efe

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La Audiencia Provincial de Tenerife ha condenado a 20 meses de prisión a un hombre que ejercía como taxista y mecánico en Tacoronte por haber estafado a una mujer a la que, valiéndose de la confianza, le hizo firmar tres documentos en blanco, a la vez que falsificó otro con el fin de venderle un coche que ella nunca recibió.

El acusado era dueño de un taller en ese municipio tinerfeño y ha sido considerado autor “criminalmente responsable” de un delito de falsedad de documento mercantil y otro de estafa, por lo que se le imponen 20 meses de cárcel y el pago de 2.160 euros de multa y casi cinco mil a la mujer que resultó engañada.

El mecánico, que sólo realizaba arreglos de vehículos a conocidos, accedió a reparar el de la mujer, una Berlingo, en la Semana Santa de 2017. A partir de ahí la Audiencia estima que el denunciado, con ánimo de lucro y por medio de engaños, consiguió que la víctima le cediera ese automóvil a cambio de uno de la marca Opel. El motivo para el cambio era, según le aseguró, que la reparación le iba a salir más cara que la compra del otro coche.

La confianza que tenía en él era tal que la mujer accedió a firmar tres documentos en blanco, que luego el taxista llevó a una gestoría, de manera que al final el Opel figuró a nombre de la mujer pero no llegó a estar nunca en su poder. Incluso fue vendido por el taxista mientras que la denunciante perdió 1.500 euros en esta operación más otros 1.000 que se calcula como valor de la Berlingo.

En uno de los recibos aparece la firma de la denunciante sin que la hubiese estampado ella, y con el que el acusado quiso demostrar que entregó a la denunciante 600 euros, supuestamente para pagar el viaje de fin de curso de su hija.

Éste último también exigió que le devolviera un coche Fiat que le había entregado a la mujer en sustitución del que estaba reparando. El resultado es que al final la estafada se quedó sin vehículo y tuvo que gastar 2.227 euros en taxis y coches de alquiler para poder trasladarse con el fin de tratar una enfermedad.

A la hora de ratificar la condena, el juez tuvo en cuenta las declaraciones de una testigo y la prueba pericial que viene a demostrar la falsificación de la firma. Una amiga confirmó que vio cómo la mujer entregaba 900 euros por la reparación de la furgoneta y luego otros 600 por la compra del Opel.

También se demostró documentalmente que la titularidad del vehículo pasó de la compradora al taxista y que jamás estuvo en poder de la denunciante. El juez concluye que el condenado nunca tuvo intención de cumplir con el arreglo de la furgoneta y vender el coche a la estafada, de manera que al final se quedó con el dinero que le entregó, el que obtuvo por la venta del Opel a un tercero y con el vehículo Berlingo.

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