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Violencia machista

El Supremo confirma 18 años de cárcel para un hombre por intentar asesinar su pareja a puñaladas en Tenerife

Detalle de la fachada del Tribunal Supremo en una imagen de archivo Javier

Efe

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El Tribunal Supremo (TS) ha dado firmeza a las sucesivas sentencias que han condenado a 18,5 años de prisión a un vecino de Icod de los Vinos (Tenerife) por intentar matar a su pareja, robar con violencia y amenazar de muerte al hijo de la mujer.

Los hechos se produjeron en marzo de 2020, cuando el ahora condenado, que mantenía una relación de pareja con la víctima desde agosto de 2019, la apuñaló en tres ocasiones. También tendrá que indemnizarla con 40.000 euros y casi 88.000 al Servicio Canario de Salud (SCS).

Además, se le acusaba de haber transferido de la cuenta de ella a la suya 1.700 euros y de advertir a los representantes del colegio en el que estaba el menor que lo iba a matar cuando volviera a la casa. El agresor convivía con ambos desde enero de 2020 en una vivienda de Icod de Los Vinos.

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife consideró que la agresión la había cometido a traición, haciéndose valer de su superioridad física, con especial crueldad y los agravantes de parentesco y robo con violencia.

El único atenuante al que pudo acogerse fue el de haber devuelto las cantidades de dinero sustraídas, pero a la vez se le impone la orden de mantenerse alejado 500 metros de la mujer durante diez años después de salir de prisión.

Ensañamiento por celos

A principios del pasado año, la sala de lo penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) se posicionó en idéntico sentido, e incluso incidió en su fallo en el agravante de ensañamiento, al considerar que la tercera puñalada fue asestada a su pareja “con maldad de lujo”. Un cargo que “no se identifica necesariamente con el número o repetición de golpes, sino en su innecesariedad para el fin buscado, que fue el de acabar con la vida de la mujer por simples celos, de tan cruel manera”.

Los hechos tuvieron lugar en marzo de ese año, sobre las 9.00 horas, cuando el varón regresó a la casa tras llevar al colegio al menor y comenzaron una discusión sobre los gastos que tenían y solicitudes de préstamos de las que ella tenía conocimiento, entre otras cuestiones. En un momento dado, la mujer le comunicó que prefería cesar la relación y que abandonara la casa, llevándose sus pertenencias.

Al principio el hombre no mostró ninguna oposición pero, poco después, cuando ella estaba en el baño, el procesado entró por sorpresa con un cuchillo de cocina de gran tamaño con la intención de acabar con su vida.

Dado que el ataque fue sorpresivo, la víctima no pudo oponer resistencia, por lo que no solo recibió una puñalada en el abdomen, sino que el agresor mantuvo clavado el cuchillo mientras ella intentaba levantarse.

Una vez extraída el arma de su cuerpo, le anunció en varias ocasiones que no iba a salir con vida de la casa. De hecho, transcurrieron 40 minutos hasta que la víctima intentó abandonar la vivienda para pedir ayuda, pero el agresor la interceptó, la agarró y, cuando estaba en el suelo, le asestó una segunda puñalada, también en el abdomen. Estas dos heridas provocaron una considerable hemorragia y un gran dolor físico, mientras que la respuesta de él era repetirle que iba a morir.

Amenazas al hijo de ella

En este estado, el condenado contestó una llamada al teléfono de su pareja que provenía del colegio de su hijo menor, momento en el que el condenado le comunicó al representante de la escuela diciéndole que si el niño volvía a la casa lo iba a matar.

En esta situación, con la mujer no solo agredida sino también alarmada por las amenazas hacia el niño, el agresor exigió a la víctima que le facilitara los datos de sus tarjetas y cuentas de las que era cotitular junto con su madre. Una vez le dio las claves bancarias, le hizo un corte de unos quince centímetros a lo largo del cuello, pero esta herida no llegó a afectar a órganos, vasos vitales o vías respiratorias.

El agresor creyó que había acabado con su vida tras darle varios golpes y comprobar que no se movía, y cogió las llaves del coche de la mujer, la documentación y teléfonos móviles de esta y se marchó de la vivienda.

Luego ordenó dos transferencias bancarias de la cuenta corriente de la mujer a la suya por 1.700 euros, de los que retiró 1.300 en cajeros automáticos y mandó un mensaje a su hermana diciendo que había apuñalado a su pareja.

Cuando el agresor había abandonado la casa, la víctima consiguió levantarse, abrió la puerta y bajó las escaleras arrastrándose hasta la calle, donde fue socorrida por los transeúntes, que avisaron a los agentes policiales y a los sanitarios.

Tratamiento quirúrgico y psiquiátrico

Recogida y atendida por una ambulancia medicalizada, fue llevada a un centro médico de urgencia y, ante la gravedad de sus heridas y abundante pérdida de sangre, se decidió trasladarla al Hospital Universitario, donde fue intervenida quirúrgicamente.

A consecuencia del ataque, la víctima precisó tratamiento quirúrgico, psiquiátrico y tardó casi seis meses en recuperarse, aunque sigue sufriendo secuelas de la agresión.

Durante las siguientes horas, miembros de la Guardia Civil se pusieron en contacto con el hombre, en sucesivas ocasiones, para negociar su entrega, a lo que finalmente accedió casi a las 22.00 horas.

Cuando fue detenido, informó de que tenía en el interior del vehículo el cuchillo con el que causó el ataque, así como la documentación y la tarjeta de su mujer y los 1.335 euros extraídos.

El Tribunal Supremo avala la decisión de la Audiencia Provincial en cuanto a los años de pena impuestos al considerar que el acusado hizo todo lo posible para consumar el asesinato y que si la mujer permaneció con vida fue porque creyó que la había matado.

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