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El suplemento de viajes de Canarias Ahora te invita a visitar el mundo de otra manera. Aquí encontrarás datos útiles, ideas y, sobre todo, muchas experiencias de viajeros como tú.

Hipopótamos y extraterrestres en el corazón del desierto del Sahara

Pinturas de los llamados 'Cabezas redondas', que han dado pie a la interpretación 'extraterrestre' de Tassili. PN TASSILI

Viajar Ahora

Djanet es un paréntesis. Ya desde las alturas, cuando el avión se aproxima, al escueto aeropuerto de Tiska, se puede ver el manchón verde que contrasta, de manera brutal, con un paisaje dominados por los negros, amarillos y ocres. La palabra oasis adquiere aquí su expresión más genuina. Enclaustrada en una grieta pedregosa, la pequeña ciudad se asienta en una de las escasas puertas de salida del agua que, en esta parte del mundo, es muy esquiva. En determinados lugares del inmenso Sahara, el líquido se acerca más de lo habitual a la superficie y es justo ahí donde los hombres se hicieron más sedentarios. Como otras ciudades del sur argelino, Djanet fue un punto clave de las rutas caravaneras que buscaban los verdores del África subsahariana. Hasta acá llegaban los camellos cargados de marfil, maderas preciosas, oro o especias. También por estas rutas controladas por los enigmáticos Tuaregs, llegaban miles de esclavos raptados en las tierras del sur.

Hoy, la pequeña Djanet es la puerta de entrada para explorar los secretos de Tassili N’Ajjer y la región de los hombres azules, como se conoce en el desierto a los Tuaregs por sus túnicas de color azul, que, en su mayoría, han dejado su vida nómada. La industria petrolera y el turismo son sus principales actividades. Sin duda alguna, son los mejores guías de la zona combinando, a la perfección, conocimiento del terreno y de las tradiciones ancestrales del lugar. Por eso, la mejor manera de conocer este lugar único es a través de viajes organizados por empresas turísticas especializadas. Estos viajes, que recorren el lugar en caravanas 4x4 y acampan en pleno desierto, no sólo son la forma más segura para acercarse al objetivo (Viajar Ahora desaconseja hacer el viaje por cuenta propia). También es una magnífica oportunidad para escuchar las viejas historias del desierto; una noche bajo las miles de estrellas de un cielo limpio es una de las mejores experiencias que hemos tenido la suerte de vivir.

Y la recompensa es Tassili. El Parque Nacional de Tassili N’Ajjer ocupa una superficie de 72.000 kilómetros cuadrados al sureste de Argelia. Esta meseta montañosa está muy cerca de la frontera Libia y desde época prehistórica fue un lugar importante para el desarrollo de las culturas locales. En lenguaje bereber, Tassili n’Ajjer significa ‘la meseta de los ríos’, un nombre que le viene al pelo ya que en este lugar se concentran las mayores reservas de agua de la región. Reminiscencias de una época en la que el desierto no era como ahora lo conocemos. La arenisca regala un paisaje que, a base de agua y viento, ha creado formas caprichosas. Esta meseta, que en su parte más alta supera los 2.100 metros sobre el nivel del mar, es un auténtico laberinto de canales, arcos y recovecos que, por su carácter poroso, ha mantenido pozas, pequeños lagos y corrientes.

El viajero sube a la mesa de piedra y entra en otro mundo. Un lugar dominado por los caprichos de una geología que, aquí, se convirtió en escultor surrealista En las grietas, donde aún pueden verse pequeños riachuelos y lagunas, crecen los mirtos y los cipreses como últimos testigos de tiempos mejores. Porque por estas tierra corrieron antílopes, jirafas o leones; hubo ríos cuajados de cocodrilos e hipopótamos. Las piedras así lo dicen. Por eso vienen hasta aquí cientos de miles de personas al año. Para oír hablar a las piedras sobre aquella edad de abundancia que hoy, debido a los rigores del desierto, se ha refugiado en las grietas más profundas.

Los hombres y mujeres que vivieron aquí hace unos 8.000 años lo hicieron en un verdadero paraíso de prados verdes y bosques. Eran tiempos en los que los últimos efectos de la última era glacial (terminada hace unos 10.000 años) se dejaban sentir en el norte de África, que aún disfrutaba de un clima más húmedo que el actual. A lo largo de toda la Meseta de Tassili se localizan más de 15.000 estaciones de grabados y pinturas rupestres. En ellas pueden verse animales propios de la Sabana africana. Y a los humanos que convivieron con ellos, sus dioses, sus símbolos, sus mitos… La mayoría de las agencias ofrecen la posibilidad de hacer rutas a pie de cuatro o cinco días que pasan por las estaciones más representativas. Incluidas las de los Cabezas Redondas, que algunos han identificado como el testimonio de la visita de ‘extraterrestres’ (ver entrevista al arqueólogo Ambes Hocine sobre el significado de las pinturas en nuestro blog amigo Camino a Ítaca).

Estas estaciones, que muestran a personas que parecen llevar trajes espaciales o de buzo son objeto de la polémica doctrinal. Quizás la más famosa sea el denominado Gran Dios Marciano, una figura descomunal que viste lo que parece un traje espacial con escafandra. Lamentablemente, esta pintura emblemática del misterio de Tassili está en un gravísimo estado de deterioro debido a visitantes desaprensivos. Para algunos son una prueba de la visita de gentes de otros mundos; para la mayoría de los estudiosos, sólo representaciones de mitos o dioses.

El registro pictórico y escultórico de Tassili abarca más de 5.000 años. Por eso no es de extrañar ver las típicas representaciones de caza o bailes del Neolítico con líneas de escritura líbico bereber, como la que también se puede ver en otras partes del norte de África e, incluso, en las Islas Canarias (ver artículo sobre El Hierro), o gentes con carros y caballos que hacen pensar en incursiones egipcias, fenicias o romanas. Hay quien dice que esta zona fue el germen de la civilización egipcia. Lo que está claro es que a través de las pinturas y grabados uno puede ver la evolución de la cultura del lugar; de la caza a las primeras muestras de agricultura; y de ahí a la domesticación de los animales. Un catálogo alucinante que se completa con numerosos yacimientos arqueológicos conservados gracias al desierto. Es irónico; pero lo que acabó con aquella forma de sociedad ha sido lo que, al final, ha acabado por conservar sus restos.

Cómo llegar: Viajar en solitario a Tassili es peligroso. La entrada al parque Nacional, lugar donde se encuentran las pinturas y grabados, requiere de la asistencia de un guía autorizado y es necesaria una infraestructura importante para que la visita sea segura. Nosotros tuvimos la oportunidad de hacer el viaje con los amigos de la Agencia Banoa. Otras empresas de viajes especializadas en expediciones aventureras llevan a Tassili. Entre los viajeros, la agencia Tuareg Viatges tiene muy buenas críticas. El aeropuerto de Tiska tiene varias conexiones diarias con Argel.

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