Un viaje al Archipiélago de San Blas: el país de los Guna

Cocoteros y playa en Isla Perro, una de las muchas pequeñas porciones de paraíso que forman el Archipiélago de San Blas. Mónica Mora

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Los guna (también los llaman kunas) viven a su aire. Y aunque a vuelo de pájaro sus playas y aldeas apenas están a un centenar de kilómetros de los rascacielos de la zona financiera de Ciudad de Panamá, una de las más pujantes de Latinoamérica, aquí impera otra ley distinta que ha convertido a esta parte del país en un auténtico paraíso. Los guna gozan de un nivel de autonomía que para sí querrían la inmensa mayoría de los pueblos indígenas latinoamericanos: mandan en sus comunidades casi con plenos poderes. La gestión de sus recursos naturales; la supremacía de sus reglas y normas sociales; sus formas de gobierno comunal… Hasta tal punto que las mujeres, siempre adornadas con sus coloridas molas (unas preciosas blusas que usan desde tiempos inmemoriales), son las que llevan las riendas de la región. Ellas heredan la tierra y son las depositarias de su cultura. Los guna no pagan impuestos y gestionan un modelo de turismo responsable que no sólo les permite sobrevivir; sino vivir con dignidad manteniendo sus tradiciones e instituciones sociales y políticas. También son los responsables de la preservación de uno de los rincones más bonitos del Caribe.

Los guna son los guardianes de un trozo de litoral formado por el Golfo de Guna Yala y el más de centenar de pequeñas islas que forman el Archipiélago de San Blas. Llegar no es fácil. Aunque hace algunos años se abrió una carretera (más de las veces camino sobre todo en los últimos kilómetros) que conecta Ciudad de Panamá y Puerto de Cartí en poco menos de tres horas. El lugar es tan especial que sólo por hacer el camino merece la pena la ‘excursión’. Poco después de dejar la carretera interamericana, el camino se ‘hunde’ literalmente bajo el dosel verde de la selva y sube y baja, baja y sube hasta que te topas con el Mar Caribe y sus tonos azules y turquesas. En Puerto de Cartí no hay nada que ver. Es sólo el punto de partida de los barcos que salen hacia San Blas; dicen que hay 356 islas, pero en realidad no superan las 200: sólo unas 80 están habitadas.

COMO LLEGAR.- Hay una manera cómoda y rápida: un avión que va desde la capital (Aertopuerto de Albrook) hasta Isla Porvenir –que ejerce de ‘capital’ de la región- (unos 500 dólares ida y vuelta) o a Playón Chico (más barato, pero más lejos). Otra opción es tomar un barco –se contratan en los hoteles y agencias- desde Portobelo (con fácil comunicación vía autobús con Ciudad de Panamá) o Cartagena de Indias (en la vecina y cercana Colombia). Si viajas desde Ciudad de Panamá, lo más corriente es ir con el paquete completo de transporte, excursiones entre las islas y alojamiento en alguna de las cabañas que los guna ofrecen para los viajeros –se contratan en las agencias, hoteles y hostales-. También puedes hacerlo por tu cuenta: viajar hasta Puerto de Cartí por tierra, tomar ahí alguna de las embarcaciones que saltan de isla en isla y buscar alojamiento. Pero es posible que tengas que hacer un par de viajes para conseguir un lugar dónde dormir (la demanda suele ser alta). Lo más cómodo es contratar un tour de dos, tres o cuatro días. No te va a salir mucho más caro que ir por tu cuenta y te vas ahorrar el engorro de negociar el precio del alojamiento y el transporte hasta y entre las islas (unos 400 euros por persona para 4 días).

¿CUÁNTO CUESTA EL VIAJE? No es un viaje barato. La propia configuración del archipiélago y su gestión como zona comunitaria supone un costo añadido. La entrada a la zona controlada por los guna cuesta 20 dólares por persona y la entrada a cada isla dos o tres dólares adicionales. También hay que pagar por usar el puerto y el aeropuerto (otros dos dólares norteamericanos). Viajar por tu cuenta (bus Ciudad de Panamá - Llano Cartí y coche hasta Puerto de Cartí) cuesta unos 30 dólares. El 4x4 desde tu alojamiento en Ciudad de Panamá a Puerto de Cartí cuesta entre 50 y 60 dólares. El avión chárter Aeropuerto Albrook – Aeropuerto de Porvenir cuesta unos 500 dólares ida y vuelta. Air Panamá vuela a Playón Chico y Achutupo por 200/300 dólares ida y vuelta. Los viajes en velero ida y vuelta desde Cartagena de Indias cuestan entre 450 y 600 dólares (son cruceros) y el viaje desde Portobelo a Porvenir (una noche) ronda los 100. Las barcas que van desde Puerto de Cartí hasta las islas cuestan unos 25-30 euros por trayecto. El alojamiento en las islas con comida cuesta unos 20 dólares al día. Como puedes ver, pagar 400 dólares por una excursión de cuatro días con todo incluido no es caro y te ahorra muchos dolores de cabeza y discusiones.

¿CUALES SON LAS MEJORES ISLAS? El Archipiélago de San Blas se extiende por buena parte del litoral sur del Caribe panameño. Desde Playón Chico y Achutupo se pueden visitar algunas islas aunque la inmensa mayoría de los viajeros visita el grupo norte, las que se encuentran protegidas por el Golfo de Guna Yala. Aquí, la concentración de pequeñas islas y peñascos forma una auténtica piscina gigantesca dónde es posible disfrutar de las maravillas del arrecife de coral. Y también de las particulares islas guna, auténticas aglomeraciones de cabañas en pequeños peñascos que forman un urbanismo curioso -y fácil de defender-. Para alojarse hay varios grupos principales: en el extremo norte se encuentran Porvenir y las Islas Naluenga. Naranjo Chico, Isla Limón y Guanidup son las islas principales de Callo Naguargandup, una de las opciones más valoradas por los viajeros por sus playas casi vírgenes. Frente a la desembocadura del Río Margandí se encuentra Narganá, una isla muy atractiva si lo que quieres es empaparte de la cultura local y explorar la costa vecina con un simple kayak. Y en Islas Cartí (a tiro de piedra del puerto) se encuentran islas atestadas de cabañas tradicionales que son más que interesantes desde el punto de vista antropológico. Si lo que quieres es un complejo más exclusivo de cabañas tu opción es Yandup (junto a Playon Chico), un precioso resort que incluye, en el precio de las cabañas, dos tours al día.

Lo ideas es pasar aquí al menos dos jornadas completas para poder hacer un par de saltos y conocer cinco o seis islas. Imprescindible pasar a los grupos de Cayo Limón y Cayos Holandeses (aquí hay cabañas para alojarse pero son bastante más caras). Los primeros se encuentran en la zona central del Golfo de Guna Yala y los segundos se encuentran ya lindando con mar abierto. En el primer grupo hay joyas como Isla de Perro (con un pecio cubierto de coral) o las diminutas Islas Coco Blanco (con fondos limpios y someros repletos de vida marina y pequeños peñascos con playas de arena blanquísima) y en el segundo hay que ver Las Piscinas Naturales, una laguna de atolón que es una gozada para practicar el esnórkel –gafas y tubo-, y la fantástica Chichime, una pequeña isla que alterna playazos espectaculares y un frondoso bosque de cocoteros. Paraíso puro y duro.

Fotos bajo Licencia CC: Ben Kucinski; Felipe Valduga; Mónica Mora; Jean-Marc Astesana

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