Pequeña Guía de Formentera: un par de días en el paraíso

Faro de Barbaria, uno de los iconos de la isla. Adrià García (CC)

Viajar Ahora

Pasa inadvertida para muchos; para algunos es una buena opción para hacer una excursión de un día; y para pocos (afortunadamente) es el verdadero paraíso en la tierra. La primera vez que la visitamos fuimos de los segundos; pero nos quedamos con las ganas de volver y extender por un par de jornadas la experiencia. Y fue una buenísima opción. Fue durante una semana santa de hace ya algunos años y fueron seis días espectaculares. Pensábamos que aquellos días de descanso iban a ser un mero deambular playero (eso sí, en una de las mejores colecciones de arenales y calas del Mediterráneo –y no sólo español-). Pero nos equivocamos de lleno. Fuimos mucho a la playa, pero también visitamos encantadores pueblos blancos; quedamos impresionados por la riqueza arqueológica de la isla (con monumentos megalíticos, viejos castillos romanos; tumbas de tiempos de fenicios); recordamos algunas escenas míticas del cine español y disfrutamos de una cultura única y singular.

Formentera es pequeña. Entre el Puerto de la Savina (puerta de entrada a la isla) y el Faro de la Mola –en el otro extremo- apenas median 18 kilómetros. En coche o moto, bastan dos o tres horas para recorrer todas sus carreteras y caminos. Pero, como te decíamos antes, hay que quedarse unos días. Al menos tres. Porque si no lo haces te vas a arrepentir y mucho. Si estás de vacaciones en Ibiza y sólo tienes un día, pues está bien que lo aproveches y te des una vuelta. Pero si tienes la oportunidad de dedicarle esas tres o cuatro jornadas no te vas a arrepentir. Y ¿cuándo? En verano la cosa explota y los precios se disparan. Finales de primavera (el tramo que va desde Semana Santa a junio) y las primeras semanas del otoño son, según nuestra opinión el mejor momento para ir. Hace calorcito, se puede ir a la playa y no hay grandes aglomeraciones –inevitables en la última quincena de julio y agosto-.

MEGALITOS, ROMANOS, CASTILLOS y ‘JIPIS’ .- Uno de los aspectos más desconocidos de la isla es su riqueza arqueológica. De chicos estudiábamos la impresionante cultura talayótica de Menorca y Mallorca o la importancia que Ibiza tuvo en tiempos de fenicios. Hasta la década de los 70 se creía que en la isla las primeras comunidades organizadas se asentaron con los fenicios; pero se descubrió el Dolmen de Ca na Costa (Acceso por PM-820-2 –ver mapa-) y puso patas arriba todo lo que se pensaba sobre el pasado más remoto de la isla: así a bote pronto puso de manifiesto de que ya había monos de dos patas organizados en sociedad casi 1.500 años antes de la llegada de los fenicios a Ibiza. Esta pequeña tumba de corredor metió de lleno a Formentera en el mapa del megalitismo mediterráneo y provocó el interés de los arqueólogos que no tardaron en encontrar otros rastros de la época. En Cap de Barbaría se han localizado varios restos que han sido identificados como antiguos poblados; e igual sucede en La Mola.

Los fenicios se instalaron en Ibiza pero poco caso le hicieron a Formentera que volvió a ser un lugar importante cuando llegaron los romanos y la convirtieron en un inmenso trigal (Frumentaria significa la Isla del Trigo en Latín). Y para vigilar y defender este inmenso granero construyeron el Castellum de can Blai (Acceso PM-820 –ver mapa-) una fortaleza situada en el istmo que da acceso a La Mola de la que hoy sólo quedan sus impresionantes cimientos. Después llegaron más siglos de abandono hasta que recién en el XVII y XVIII volvieron las gentes y con ellas sus piedras más o menos nobles; de esta época (principios del XVIII) son las cinco torres defensivas que guardan la costa de la isla y la vecina Espalmador (‘Cap de Barbaria’, ‘sa Guardiola’, ‘Punta Prima’, ‘la Gavina’ y ‘Pis des Catalá’ -ver torres azules en el mapa-). Todas ellas formaban, junto a la Iglesia fortificada de San Francisco Javier, el parapeto ante ataques del inglés, el francés o de los piratas moriscos. En San Francisco Javier está el pequeño Museo Etnográfico de Formentera (Calle Santa María, 1; Tel: (+34) 971 322 670) en el que se hace un repaso a la historia de la isla y sus costumbres arraigadas desde el principio de sus tiempos. Hasta que llegaron los Hippies y con ellos las primeras miradas desde afuera. Y descubrieron que esto era el paraíso pese al aislamiento y la dureza de la tierra áspera.

IR A LA PLAYA.- EL punto fuerte de la isla es su litoral alternando las grandes playas con arenales kilométricos y las pequeñas calas de aguas transparentes. Un litoral privilegiado que, en toda su extensión, está considerado como de uso mixto entre textiles y nudistas así que estamos en un auténtico paraíso del nudismo (y damos fe de ello). Los dos grandes arenales de la isla son Playa Migjorn en la costa sur (con más de 4,5 kilómetros de arenas blancas y aguas turquesas) y las espectaculares Playa de Levante y Playa Illetas en el extremo norte. Aquí se encuentran las mejores playas de Formentera (según nuestro gusto). Playas que combinan aguas limpias, arenas claras y paisajes marinos de infarto . Aquí la isla se pierde en el mar formando un espectacular espolón arenoso que se interrumpe en la Punta des Borronar, que da paso a los apenas cien metros que separan Formentera de la pequeña Espalmadors. Te sentirás tentado de echarte al agua y cruzar. No lo hagas. Las corrientes son muy fuertes y el baño está prohibido.

La costa está salpicada, además, de pequeñas calas. En el mapa te hemos señalado las más importantes: Cala Saona (con sus rampas de madera y casetas para las barcas de los pescadores); Des Morts (con sus peñascos ideales para el chapuzón); la espectacular Es Caló (a dos pasos de las primeras pujadas –subidas- hacia La Mola) o En Blaster, con sus fondos de piedra. Si te gusta ponerte las gafas y el tubo pásate por la costa de Es Pujols y Ses Canyes, cuajada de islotes chiquitos y escullos que amansan las aguas y convierten al litoral en una sucesión de enormes charcones cuajados de peces. Playas no faltan. Casi cualquier rincón, salvo Barbería y La Mola, es ideal para acercarse al mar. Una auténtica delicia.

PUEBLOS BLANCOS Y CANTILES .- Ya te decíamos que lo menos que vas a hacer es ir a la playa aunque el mar esté por todos lados. Los principales pueblos de la isla son San Francisco Javier y El Pilar (La Mola). En el primero se encuentra lo único que puede considerarse un casco histórico; aunque muy sencillo. De entre las casitas blancas destaca la Iglesia de San Francisco Javier (Plaza de la Constitución) un enorme cubo blanco que servía a la par para ir a misa y para defenderse de cualquier ataque. También hay un par de molinos y casitas blancas que se van diseminando cada vez más hasta que los campos de cultivo y las higueras se apropian del paisaje. Así, entre muros de piedra seca, campos de labor y manchas de bosque, avanzan las pocas carreteras y los muchos caminos. Antes de subir a La Mola, dónde hay un molino bonito y un activo mercado de artesanía herencia directa de aquellos hippies de los 60 y 70, no es mala idea pasar por Es Caló y ver uno de los pueblos de pescadores mejor conservados de las Baleares.

Y nos quedan los cantiles. A Barbaria (y su famosa y espectacular Cova Foradada –Cueva Horadada-) conviene venir a ver atardecer y a La Mola a primeras horas de la mañana. Pero es cuestión de gustos. O de ir probando, porque entre uno y otro punto apenas hay media hora de coche o moto. Es lo que tiene el tamaño menudo; que uno puede ver atardecer en un lado y en el otro casi al mismo tiempo (apenas 24,5 kilómetros entre ambos faros). Balcones privilegiados sobre el mar y también sobre la propia isla.

Un par de consejos

IR A ESPALMADORS .- Varias empresas ofrecen la posibilidad de visitar la Isla de Espalmadors. Es un lugar muy especial con impresionantes playas y caminos que invitan al paseo. Aquí también están los supuestos barros medicinales que salen en Lucía y el Sexo. Pero hacer los baños de barro causa graves problemas al ecosistema de la zona. Si vas a la isla respétala. Las barcas que hacen este servicio salen desde La Savina.

ALQUILAR COCHE ELÉCTRICO .- Tiene muchas ventajas. En la isla hay una veintena de puntos de recarga y hay puedes aparcar gratis en la zona azul y en los aparcamientos públicos de la isla; además te vas a ahorrar la gasolina. La otra opción para moverse por la isla es alquilar una moto o una bicicleta (las únicas cuestas duras están en La Mola.

FORMENTERA EN TRANSPORTE PÚBLICO .- La empresa Autocares Playa cuenta con varias líneas regulares entre los principales puntos de la isla ( Puerto - Es Pujols ; Puerto – El Pilar (La Mola) ; Puerto – Cala Saona y Carrer Maryland –Extremo sur de Platja de Migjorn- – Les Illetes ) Las líneas regulares más demandadas están en servicio entre las 7.00 y las 21.00 horas con frecuencias cada pocos minutos. En temporada alta esta empresa pone en funcionamiento varias Líneas Turísticas que conectan los principales puntos de interés de la isla.

Fotos bajo licencia CC: Banalitiesmichael.manzalbert1112Mr Hicks46Nacho PintosMichela SimonciniAdrià GarcíaW & J

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