Cristiano evita la conquista del Bernabéu

El delantero de la UD Las Palmas Jesé Rodríguez (d) se escapa del croata Mateo Kovacic (c), del Real Madrid, durante el encuentro correspondiente a la jornada 25 de Primera División en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid. EFE/JuanJo Martín

Canarias Ahora Deportes

Las Palmas de Gran Canaria —

El Real Madrid salía a por todas desde el minuto 1 de encuentro, cuando el árbitro anuló un gol en fuera de juego de Morata.

Los 'merengues' atacaban en tromba apoyandose en la velocidad de Bale y la genialidad de Isco, en gran estado de forma. El malagueño adelantó a los suyos con un desmarque en posición dudosa, ganando la espalda a la blanda defensa amarilla que le situó en un mano a mano con Javi Varas, que solventó sin dificultades en el minuto 8 de encuentro.

La respuesta visitante a penas tardó dos minutos en llegar, fraguada fiel a su estilo, que no pierde nunca, sea cual sea el escenario y el rival que esté en frente. Tana recibía un pase de espaldas en el borde del área, se giraba superando a Ramos y se internaba en los dominios de Keylor Navas, batiendo al guardameta blanco con un disparo potente a su escuadra izquierda. Un golazo.

Con el marcador igualado, los amarillos le jugaron de tú a tú al Real Madrid, llegando a superar al conjunto blanco por momentos a base de posesión. Los de Setién se encontraban muy cómodos con la pelota, pero sin ella, todos debían ayudar en tareas defensivas ante la poderosa capacidad ofensiva de los 'merengues'.

Jonathan Viera se erigía como el faro que dirigía el juego visitante, dando muestras de sus grandísimas cualidades, y Jesé con Boateng eran la referencia en ataque.

Los de Zidane, sin presionar excesivamente, trataban de robar rápido para salir a la contra. Morata tuvo un mano a mano con Varas pero el árbitro la anuló por fuera de juego. Fueron varias las jugadas que se sucedieron en este sentido: la defensa amarilla, con Aythami en lugar de Bigas desde el minuto 25 por lesión, se adelantaba corriendo muchos riesgo.

Tras la reanudación el partido tuvo el mismo guión que en el inicio de la primera, con un ataque del Madrid que finalizaba con un disparo de Morata que atajaba Varas. Las Palmas no se inmutaba y seguía a lo suyo con un Viera espléndido, robando un balón a Bale en el centro del campo y conduciendo con absoluta tranquilidad el esférico.

El galés, incrédulo, le pegó un patada a Viera, que siguió a lo suyo, y el '11' del Madrid volvió a darle. El árbitro no lo dudó un instante y lo expulsó dejando al los suyos con diez desde el minuto 47.

Si ya el control del partido se decantaba hacia el lado amarillo, con uno más los de Setién conseguían llegar con más facilidad hacia los dominios de Keylor. David Simón ponía un balón que Sergio Ramos desviaba a córner con las manos, El árbitro pitaba penalti y Viera, despacito y mirando al portero, disparaba al centro y la pelota entraba, tras tocarla con el pie Navas.

Los locales, heridos, tiraban de su clásica e histórica capacidad de no rendirse e ir siempre a por la victoria. Con todos los blancos volcados al ataque, una contra dejó a Prince sólo ante Navas, superando al guardameta y poniendo el 1 a 3 en el 59'.

Ante cualquier otro equipo, el partido estaría encaminado hacia la victoria, pero la épica del Madrid es de sobra conocida. El larguero evitó el segundo de los locales y a la contra Jesé volvía a fallar, por intervención de Navas, una de las varias ocasiones de gol que generó. Morata volvía a marcar, por tercera vez,  y de nuevo era anulado por fuera de juego. 

El partido se volvía un ida y vuelta sobre todo con la salida de Benzema, James y Lucas Vazquez por Kovacic, Morata e Isco y Las Palmas renunciaba a ser más valiente con la pelota para tratar de agazaparse a aguantar el resultado. Algo que contra el equipo blanco es un suicidio.

El Real Madrid recurrió a su épica y tras el gol de Boateng, sustituido por Mateo (y sin Viera por Halilovic), el partido pasó a jugarse en el campo de Las Palmas. 

Los locales, llegando a oleadas, tuvieron varias ocasiones pero el balón no entraba hasta que en el 85' un penalti por mano de Dani Castellano que transformaba Cristiano ponía el 2-3. Cuatro minutos después, el portugués culminaba la épica con un cabezazo para poner el empate definitivo.

Los amarillos lo intentaron en los minutos finales sin éxito y a pesar de conseguir un empate en el coliseo blanco, la sensación amarga de haber podido lograr la primera victoria de su historia en el Bernabéu se esfumó en cuatro minutos de épica blanca.

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