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Huellas urbanas de Desvelarte en Santander

Intervención en una fachada de Santander durante Desvelarte.

Lara Expósito

El arte callejero llegó con fuerza a Santander en 2009 de la mano de Desvelarte, un festival creativo organizado por la Asociación Cultural de Artistas Independientes (ACAI) con el apoyo de la Fundación Santander Creativa (FSC) que en este año 2017 cumplió su novena edición. La capital cántabra cuenta con más de una veintena de obras por toda la ciudad, desde la calle Castilla, donde se puede contemplar un colorido retrato abstracto de Okuda, hasta Tetúan, donde unas ancianas 'modernas' de Marina Capdevila vigilan la calle.

De todas las composiciones urbanas que se han ido haciendo en las nueve ediciones de Desvelarte, visitamos siete de las más emblemáticas. La primera es de Eva Mena y Jank Constansa en la calle Lábaro, concretamente en el llamado Pasadizo de las Cervezas. En la representación, pintada en 2017, los protagonistas son unos coloridos tucanes envueltos en un fondo verde que simula una selva.

La siguiente parada es la calle Castilla, donde espera el retrato abstracto del conocido artista cántabro Okuda. A 700 metros, en la calle Atilano Rodríguez, espera un gran mamut adornado con unos árboles de los que cuelga el dibujo de unas botellas azules que se alargan hasta el túnel de Las Estaciones.

Callejeando por las alturas de Santander, en San Sebastián hay una llamativa fachada roja mezclada con los característicos tonos grisáceos de Daniel Muñoz 'San', cuyo lenguaje está formado por símbolos y códigos que suscitan una lectura “cuidada”, entre la narrativa de la pintura clásica y los discursos sociológicos del arte contemporáneo, según explica la organización del evento.

A escasos metros, haciendo esquina entre el Río de la Pila y la calle Tantín, Patricia Bolinches y Luis García, la pareja de artistas que forma BYG, ha dejado su huella en forma de silueta humana en una bañera cuya agua destaca por su color azul eléctrico.

En la calle Universidad, el italiano Millo ha dibujado este año, como de costumbre, una ciudad con edificios e incluso aviones donde un 'gigante' observa la composición de la misma.

La última parada está en Tetuán, donde la barcelonesa Marina Capdevila, en su línea, ha dibujado a tres señoras, tomando como musa a su abuela, con un estilo más moderno de lo habitual en mujeres de esa edad.

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