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“El alcohol también mata y no se hacen campañas agresivas como con el tabaco”

"El alcohol y el tabaco elevan el riesgo de cáncer hasta 20 veces". | EFE

Rubén Alonso

Hoy en día cualquiera sabe que el consumo de alcohol y tabaco es perjudicial para nuestra salud. Sin embargo, la percepción que tenemos de los riesgos que acarrean estas sustancias para nuestro organismo y, concretamente, su relación con los distintos tipos de cáncer, es bien distinta entre una y otra.

Mientras que en el caso del tabaco se llevan a cabo “numerosas y agresivas campañas de prevención”, el alcohol se concibe en España, a diferencia de otros países, como menos nocivo y está comúnmente aceptado, por lo que no se incide tanto en alertar sobre sus efectos negativos. “En las cajetillas de tabaco aparece un mensaje que advierte que 'el tabaco mata', y en el caso del alcohol no, está socialmente aceptado, y también mata”.

Así lo pone de manifiesto Alberto Gandarillas, responsable de grupo de investigación del Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla y, a su vez, director del curso que se impartirá este miércoles y jueves en el salón de Grados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Cantabria (UC).

Bajo el título 'El creciente impacto del cáncer de piel, cabeza y cuello: un problema evitable de salud pública', abordará las causas y consecuencias de los conocidos como cánceres evitables, así como el impacto social que provocan. Asegura que “un 75% de los cánceres de cabeza y cuello -que abarcan los de boca y garganta- y pulmón son evitables porque son consecuencia directa del alcohol y el tabaco”.

Además, hace hincapié en que, según datos oficiales, en España mueren al año alrededor de 100.000 personas por cáncer, de las cuales aproximadamente 30.000 son provocadas por el tabaco y 5.000 por el alcohol. Resalta, por tanto, que los hábitos de conducta en el consumo de estas sustancias son la clave para tratar de paliar este tipo de cánceres.

Gandarillas subraya también el desconocimiento que existe en la sociedad sobre la cantidad de tipos de cánceres en los que tienen incidencia directa cada una de estas dos clases de drogas.

Por un lado, el alcohol está relacionado con siete tipos de esta enfermedad, entre cabeza y cuello, hígado, colorrectal e incluso de mama. Según afirma este especialista a eldiario.es, hay una relación directa entre alcoholismo en mujeres y cáncer de mama.

Por otro lado, el tabaco está relacionado con hasta doce tipos, a pesar de que el de pulmón sea el que más se asocia a su consumo. Gandarillas pone como ejemplo que mucha gente no sabe que el cáncer de vejiga está muy vinculado a esta sustancia.

Así pues, sentencia que según las localizaciones y el grado de consumo, el alcohol y el tabaco elevan el riesgo de padecer cáncer hasta en 20 veces. Resalta además que se trata de “tumores más agresivos que el resto y más difíciles de tratar”.

“Nos compete a todos, también a investigadores y científicos del sistema sanitario, así como a las administraciones públicas y a atención primara, llevar a cabo labores y campañas de prevención”. Asegura que todavía “queda mucho trabajo por hacer” en este sentido, en comparación con otros países.

La piel

Otra de las clases de cánceres que se tratarán en el curso de la UC es el de piel, provocado principalmente por el sol, cuyo número de casos se ha visto aumentado notablemente en las últimas décadas en los países desarrollados económicamente. Gandarillas apunta como principales causas el aumento de hábitos como “el bronceado o las actividades al aire libre” en estos países.

Provoca alrededor de 1.500 muertes al año en España y en algunos países se ha convertido en la principal causa de muerte por cáncer en mujeres de entre 20 y 30 años, como consecuencia del bronceado tanto con el sol como con las cabinas de solárium.

En definitiva, este investigador señala que se trata de drogodependencia en el caso del alcohol y el tabaco y hábitos de conducta en general en los tres casos que “no es fácil cambiarlos”. “No es tan fácil como decir que si toda la gente dejara de fumar, beber y tomar el sol estaríamos salvando 30.000 vidas al año”, reconoce, pero concluye volviendo a incidir en la importancia de la prevención a todos los niveles.

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