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“La historia se construye con los restos que quedan en el presente”

Miembros del colectivo Desmemoriados en la Librería La Vorágine. |

Laro García

La sociedad se mueve porque la gente de a pie se mueve. Hay una historia real detrás que así lo acredita, que lejos de los tópicos y los discursos preconcebidos demuestra que nuestro pasado es mucho más de lo que podemos leer en los libros. Así lo certifican los miembros del colectivo Desmemoriados, que desde hace dos años trabajan intensamente en la recuperación de la memoria colectiva de Cantabria.

Ahora, con el segundo aniversario muy cerca, han decidido dar un paso más allá con su salto de la red al papel, editando un anuario que recopila muchas de esas pequeñas batallas que han recuperado, luchas y personajes anónimos de todo tipo que se plasman en una revista que presentarán este miércoles, a partir de las 19.30 horas, en La Vorágine de Santander.

El acto en la librería que se ha convertido en su segunda casa será algo más que una fiesta para los miembros de esta organización. Servirá para celebrar estos dos primeros años de vida, pero también será el punto de partida de lo que pretenden hacer a partir de ahora, con la búsqueda de aliados que se comprometan económicamente a sostener un proyecto que tiene claro su objetivo desde el primer día: que no haya un discurso único y monocromático.

Entienden el trabajo de recuperación de la memoria colectiva como un proceso común, sustentado por la colaboración y las complicidades. “En este tiempo, sin el apoyo de mucha gente no hubiera sido posible llegar hasta aquí. Nos han prestado el testimonio, los recuerdos, la documentación y las fotos con las que día a día vamos enriqueciendo el archivo digital”, recuerdan.

Lo explican así en la convocatoria de un acto en el que presentarán el primer anuario de Desmemoriados, reflexionarán sobre el valor de la memoria con el politólogo Martín Alonso y desempolvarán con Ángel Oria las canciones protesta o de cantautor que alimentaron sus sueños.

“La memoria se puede guardar, pero si no se comparte no es colectiva y empieza a formar parte del olvido o, en el mejor de los casos, del folklore. Necesitamos vuestro apoyo para que siga estando viva”, insisten en su llamamiento.

Proyecto en construcción

Y es que en Desmemoriados están Mariano Calvo Haya, Tino Andrés Gómez, Emmanuel Jimeno o Nacho Alonso, que atienden a las preguntas de eldiario.es, pero también Carolina Hernáiz, Isabel Echave Muñiz, Jesús Ángel García Ibáñez y Agustín Macías Piris, que no pueden acudir a la cita por distintos compromisos profesionales, o Paco Gómez Nadal desde Colombia, que fue quien les dio cobijo en un primer momento y el que tejió la red de la que surgió este grupo de trabajo.

En realidad, como ellos mismos explican, Desmemoriados surge del encuentro de dos proyectos: 'Presos con causa' y la Asociación de Cultura Crítica La Vorágine. Su finalidad es recuperar y difundir la memoria Colectiva de Cantabria, y para ello realizan diversas actividades de carácter informativo, divulgativo, consultivo y de coordinación. 

De ahí nació, entre otras cosas, el ciclo de 'Militancias', que se ha ocupado ya de la lucha contra el franquismo, del movimiento obrero o del papel de la mujer en las organizaciones sociales. Poco a poco han ido convenciendo y seduciendo a más personas, a gente afín, amigos interesados en la historia y en la construcción de la memoria colectiva, que acaban confluyendo en un proyecto que se mantiene por el compromiso de todos los implicados.

“Es lo que ha permitido que gente que nos conocíamos previamente terminemos trabajando juntos y aportando cosas muy diferentes. Muchos de nosotros estudiamos Historia, aunque ninguno de nosotros hemos ejercido como historiadores o profesores. Luego hay otra gente que tiene otra formación, pero que comparten una visión de lo que debe ser la memoria colectiva”, explica Tino Andrés.

A su juicio, si queremos que algún día exista un discurso sobre la memoria colectiva, sobre la historia de los movimientos sociales en Cantabria, y que no sea una visión uniforme que vaya desde la Prehistoria a José María Pereda y al regionalismo, si queremos una visión más global y más compleja, es imprescindible documentar esa memoria: “La historia se construye con los restos que quedan en el presente”, opina.

Carrera de largo recorrido

Según explica Mariano Calvo Haya, las líneas maestras de Desmemoriados tienen que ver con el sindicalismo, el movimiento ecologista, la solidaridad internacional o los movimientos vecinales como aspectos más destacados. En ese abanico, dentro de sus posibilidades, intentan abordar todo aquello que está en los márgenes de la historia.

“Llevamos poco tiempo, pero sí vemos un cierto impacto en este tipo de cuestiones. Creo que la razón te la da el tiempo. Una de las cosas que pasa con los movimientos sociales es que tiene razón el que permanece. Es por eso que decimos que necesitamos que Desmemoriados sea un proceso largo”, recalca Tino.

Todos defienden lo que supone que la historia y la memoria estén vivas y que no haya un discurso único. “Que en Cantabria la Transición no sea Hormaechea, Sultán, Revilla, que es el eje que ha ido ocupando el espacio”, aseguran, poniendo como ejemplo la reconversión industrial, que tuvo un impacto social muy importante con movilizaciones muy intensas.

“El movimiento ecologista, el papel de ARCA, ha sido fundamental. Los movimientos vecinales en los años 70 y 80 permitieron que los barrios de Santander tengan alcantarillado, por ejemplo, o un sentimiento de pertenencia, porque ellos estuvieron allí. ¿Cuáles es el problema? Los movimientos sociales mueren y las instituciones permanecen”, lamentan desde Desmemoriados.

“Nosotros creemos, en contra de una opinión generalizada, tanto dentro como fuera de la comunidad autónoma, que en Cantabria se han movido cosas. Hemos estado en la vanguardia muchas veces. Aquí no ha existido una tendencia ideológica monocromática. Esto no es 'Fachander' ni nada por el estilo”, reflexiona Mariano.

Aquí hubo un movimiento republicano a principios del siglo pasado, un movimiento guerrillero importante durante el franquismo, movimientos vecinales muy fuertes en la Transición, las Brigadas Internacionales por la Paz tuvieron un pie en esta tierra… “En Cantabria, como sociedad compleja, no hubo un movimiento internacional con cierto peso que no tuviera una réplica”, recuerdan. 

Construcción de un relato

Esa es la tesis principal con la que trabajan. Luego hay otra parte que pasa por conseguir que ese discurso se difunda, que fluya el conocimiento. De ahí surgió la idea de hacer el 'Documento del mes' -que se publica en eldiario.es- o los ciclos de 'Militancias', que les permite grabar los testimonios de las personas que han participado en esos procesos y tener un encuentro para difundir esa visión. 

También disponen de un archivo digital o base de datos que están en proceso de perfeccionar y con la que aún les queda trabajo. Entre otras cosas, porque el tiempo y el dinero tiene un límite, dado que todos los gastos salen de sus bolsillos. Por eso ahora van a volcarse en buscar apoyos en gente que crea que esto merece la pena. Es un trabajo voluntario, pero es un compromiso personal. Es algo más que un hobby y está más cercano una militancia.

“En Cantabria pervive el discurso conservador porque la estructura social de esta comunidad es la que tiene los medios para mantener esa visión en el tiempo. Por eso tenemos que aguantar diez años por lo menos, hay que aguantar el tirón. Es la única forma de que esto sea sostenible, el discurso sobreviva y sea accesible. Los discursos son fragmentarios y tienden a desaparecer. No podemos esperar 20 o 30 años a que nos cuenten nuestra propia vida”, subraya Tino durante la conversación.

Objetivos a corto plazo

Aunque el tiempo transcurrido todavía no es suficiente y tienen claro que su supervivencia será fundamental para mantener una línea de trabajo que cale en la sociedad, sí que son conscientes de los pequeños hitos que han permitido dar un paso más allá y avanzar más rápido de lo que pensaban. El primero de ellos, según señalan, fue la publicación en estas páginas de un especial sobre el incendio de Santander, que desmontó la versión oficial y que dejaba claro el beneficio que sacó la dictadura y las élites de la ciudad de la tragedia.

El otro, quizá aún más relevante mediáticamente, fue otro monográfico, en este caso sobre el Caso Almería, un crimen cometido por la Guardia Civil hace ahora 36 años y que acabó con la vida de tres jóvenes radicados en Cantabria. El recuerdo de estas víctimas del terrorismo de estado, a instancias de las familias, tuvo gran repercusión social y política y provocó incluso un reconocimiento oficial en el Ayuntamiento de Santander. 

Sin embargo, y a pesar de tener varios frentes de trabajo abiertos, lo prioritario a corto plazo es conseguir una financiación que les permita llegar más lejos: “Nos va a dar autonomía y nos va a permitir afrontar los proyectos con más seguridad. Cuando la base de datos sea más potente, estaremos en disposición de ofrecer algo. Lo que buscamos ahora son personas que entiendan que este trabajo es necesario”, asegura Emmanuel Jimeno.

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