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Las medidas de prevención del coronavirus pasan de largo para los camareros: “Les dan mascarillas de publicidad que ni siquiera protegen”

Un camarero sirve en una terraza de Santander. | JOAQUÍN GÓMEZ SASTRE

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Sales a tomar un café a una terraza pero está llena. De repente ves que un par de personas abandonan una mesa y te sientas sin que el camarero haya recogido por miedo a quedarte sin sitio. Te quitas la mascarilla y el camarero llega, recoge la mesa y va a buscar tu café. Él no da a basto y sabes que la culpa no es suya pero, ¿no tendría que haber desinfectado la mesa? E incluso piensas: ¿Me tendría que haber puesto la mascarilla para hablar con él? Bienvenido a la 'nueva normalidad'.

Contando con la precarización habitual de la hostelería, hace unos meses podía parecer imposible que la situación de los camareros pudiese ir a peor, pero tras la crisis sanitaria del coronavirus todo parece apuntar a que será así. Tras las jornadas maratonianas, los sueldos insuficientes y las 8 horas que se convierten en 14, ha aparecido la COVID-19 y les ha dejado en uno de los últimos lugares: el del trabajador que está de cara al público sin protección.

Y es que mientras en todos los lugares cerrados los clientes tienen la obligación de ponerse la mascarilla, los camareros tienen que tratar con personas que no la llevan y además sin guardar la distancia de seguridad recomendable en todos los casos, según las autoridades sanitarias.

Este problema ha intentado solventarse por parte del Ministerio de Trabajo a través de guías en las que se regulaba cada actividad de forma específica, y en el caso de la restauración las normas eran claras: guardar la distancia de seguridad “siempre que sea posible” y utilizar mascarillas quirúrgicas o FPP2. Cuando la primera quedó descartada por razones obvias -no pueden servir a un metro y medio de distancia-, se podía pensar que la segunda iba a desarrollarse con más ahínco, pero no ha sido así hasta el momento.

La secretaria general de la Federación de Servicios de Comisiones Obreras en Cantabria, Marta Careaga, denuncia que están recibiendo quejas incluso de bares en los que están dando a sus empleados “mascarillas de publicidad que no protegen”. “Los camareros están viendo que se sientan clientes a comer y que ellos están llevando una mascarilla que no les protege y no pueden hacer nada porque tampoco les dejan llevarse mascarillas de casa”, explica.

Pero sin ir a casos concretos, Careaga indica que les han llamado advirtiendo de que, sobre todo, en los bares pequeños “y sin representación legal”, se están cometiendo muchas irregularidades en lo que respecta a la seguridad. “No se trata únicamente de los trabajadores, es que ellos también pueden contagiar a los clientes”, recuerda.

Otra de las grandes deficiencias que el sindicato se ha encontrado estos días de 'nueva normalidad' entre las denuncias que les llegan ha sido la de la limpieza. “No aumentan las jornadas a estos empleados, y si ahora tendría que haber una limpieza más exhaustiva parece lógico que haya que trabajar más tiempo”, se plantea.

Por lo que la solución que proponen desde Comisiones Obreras pasa por la creación de un sello de seguridad que certifique que se está cumpliendo con todas las medidas ordenadas por el Ministerio: “Estamos viendo cómo podemos articularlo para que la Administración sea quien lo facilite pero siendo verificado por los sindicatos”, señala Careaga.

ERTES encubiertos

Por otro lado, la responsable de Servicios de CCOO asegura que, además del riesgo sanitario, algunos empresarios están aprovechándose de los ERTES. “Tienen a los camareros al 50%, cobrando la mitad del paro pero trabajando 8 horas y la gente no se está negando porque saben si no lo hacen, les pueden echar”, manifiesta.

Sin embargo, parece que por el momento los camareros tendrán que seguir a expensas de lo que decidan sus jefes a pesar de que esto no sea lo que marquen las normas de la 'nueva normalidad'. “Son los dueños de los establecimientos los que tienen que implantar todas las medidas de seguridad y dar formación a sus empleados, pero claro, si no cumplen ni lo básico, ¿cómo van a dar información?”, concluye la sindicalista.

El presidente de los hosteleros, en contra del IMV

En cambio, el presidente de los hosteleros de Cantabria, Ángel Cuevas, ha considerado esta semana que el Ingreso Mínimo Vital (IMV) está perjudicando a la contratación de personal para este verano, aludiendo a que al llamar a los profesionales de la hostelería para que se incorporen, les dicen que “con esto de la paga vital este año no se van a incorporar”.

Estas declaraciones se han producido en un encuentro con la prensa en el que también han participado el abogado y la directora general de la asociación, quienes se han mostrado conformes con las declaraciones de Cuevas. La noticia recogida por eldiario.es ha generado una gran controversia en las redes sociales sobre “la realidad” de los sueldos en la hostelería y sobre las extenuantes horas de trabajo a las que se ven sometidos en la época estival, a lo que habría que sumarle la actual situación de riesgo para estos trabajadores.

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