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La compra de libros de texto se hunde en Cantabria

La compra de libros de texto se ha desplomado en la comunidad aútonoma. | ARCHIVO

Javier Fernández Rubio

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La venta de libros de texto en Cantabria se ha hundido. Al menos es la más baja del conjunto del país, según un estudio de la Federación del Gremio de Editores de España (FGEE) en su informa anual sobre la compra de libros.

El Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros constata que el pasado año Cantabria estaba a la cola de España en cuanto a compra de libros de texto. Si la media española habla de un 30,9 por ciento de la población que compra este tipo de libros con una media por comprador de 8,2 títulos, Cantabria se sitúa exactamente cuatro puntos por debajo, aunque con una compra por cabeza superior, 11 títulos.

Quien más sufre está caída de venta son las librerías, que es el canal que de manera genérica en toda España está experimentando un declive en este campo. A la hora de comprar un libro de texto, poco más de la mitad de los compradores (57,9%) sigue yendo a una librería.

Los colegios y las Ampas (22,6%) y sobre todo internet (con un 10% y el reinado de Amazon en este ámbito) compiten directamente por un comprador que está dejando de serlo para obtener los libros de forma gratuita con todas las bendiciones de gestores públicos y miembros de la comunidad escolar.

Cantabria es una de las autonomías más activas en este campo, con numerosas iniciativas locales y regionales para la transmisión de libros de segunda mano. El precio de los libros, que para muchas familias supone un quebradero de cabeza a la vuelta de las vacaciones, ha afectado no solo al deterioro general de la imagen del libro, sino a la explosión de fórmulas para que el libro pase de mano en mano gratis.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estima que los libros de texto se han encarecido un 1,6% respecto al año pasado, por lo que cada familia con hijo en edad escolar se gastará una media de 198 euros en ellos en esta 'vuelta al cole', que se produce estos días, entre el 4 y el 12 de septiembre.

Según la OCU, se trata de una subida de precio “moderada” en comparación con el incremento del curso anterior, que fue del 3,4%, aunque sigue siendo superior al incremento del Índice de Precios de Consumo (IPC) del mismo periodo, de tan solo el 0,4%.

Menos libros, más lectores

Cantabria no es una comunidad que destaque por el consumo de libros aunque sí por el número de lectores proporcionalmente, es decir, el lector cántabro es un buen lector pero no tan buen comprador. Otros consumos culturales como la televisión de pago e internet están al alza, algo generalizado en toda España.

Según el Barómetro de la FGEE, la media de lectores de libros en tiempo libre se situaba el pasado año en el 61,8% de los españoles, mientras que era el 63,3% el porcentaje de los cántabros, el mismo porcentaje por cierto que el año anterior, 2017.

Sin embargo, a la hora de comprar libros, los cántabros no destacan aunque quien lo hace compra por encima de la media española. Si el 50% de los españoles ha comprado libros en los últimos años, solo lo ha hecho el 44,9% de los cántabros, cinco puntos por debajo, aunque con una compra per cápita superior al del español medio, 10,5 libros frente a ocho.

Producción de libros y hábitos de consumo

Estas cifras repercuten en la producción de títulos en Cantabria. Los últimos datos del Instituto Cántabro de Estadística datan de 2017. En aquel entonces se produjeron en Cantabria 399 títulos, por debajo de las cifras de 2015 (413) y 2010 (447). En consumo cultural relacionado con el libro, Cantabria sigue lejos de los niveles precrisis con el añadido de que las preferencias de los consumidores ha cambiado: ahora el cántabro gasta más en pagos por televisión e internet que por libros. También gasta más en la compra de equipos informáticos y accesorios audiovisuales.

Los cántabros se gastaron en 2017 167,2 millones de euros en productos y servicios de tipo cultural, lo que entraña desde una entrada de teatro hasta la suscripción a una televisión de pago o la compra de un equipo de música. De ese total, 39,4 millones fueron para los libros, lejos de los niveles precrisis en donde los cántabros se llegaron a gastar en 2006, 54,6 millones de euros.

En el ránking de gasto cultural no está el libro en primer lugar, sino el tercero. Por delante de todo esta los pagos por suscripciones televisivas e internet (59 millones), seguida de la compra de material audiovisual (40,8 millones) Tras los libros, los servicios culturales acapararon compras por valor de 28 millones de euros.

La lectura de libros en tiempo libre sigue siendo mayor entre las mujeres, 64,9% que en los hombres 54,4%, diez puntos porcentuales de diferencia. Estas también son más lectoras de revistas y redes sociales. Entre la población femenina se recupera el hábito entre los 35 y los 54 años. Es importante destacar que, desde 2010, se observa un incremento continuado de la lectura de libros entre la población de mayor edad.

El Gobierno gasta la mitad en Cultura

No solo ha caído el consumo privado, sino también el gasto que hace en Cultura el Gobierno de Cantabria. Con datos del Icane, el Gobierno autónomo gastaba en 2016 la mitad de lo que gastaba en 2008, año de inicio de la crisis.

En 2016 el Gobierno cántabro gasto se gastó en cultura 14,6 millones de euros, 25,1 euros por habitante. Ocho años atrás, la Administración regional gastaba 33,6 millones, con un gasto per cápita de 58,3 euros. En términos de PIB regional, el peso de la cultura ha caído a la mitad, del 0,24% en 2008 al 0,12% en 2016.

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