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Medio Ambiente rechazó el impacto ambiental de los espigones en la Bahía de Santander pese a las advertencias

Imagen general de la playa de La Magdalena, en Santander. | JESÚS HERMOSA

Laro García

La aprobación por parte del Ministerio de Medio Ambiente de la declaración de impacto ambiental para llevar a cabo el proyecto de estabilización de las playas de La Magdalena y Los Peligros, en la Bahía de Santander, a través de la construcción de espigones de escollera para que se genere una superficie de arena seca similar o superior a la existente, sin necesidad de las actuales aportaciones periódicas que compensen la pérdida continua por erosión, desoye las advertencias de distintos organismos públicos, que rechazan una actuación “tan agresiva” en un entorno protegido por su alto valor ecológico.

El departamento que dirige la ministra en funciones Isabel Tejerina (PP) no ha tenido en cuenta así las posibles consecuencias para las dunas de El Puntal y el estuario del Miera, una zona declarada Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) por la Unión Europea, ni tampoco los cambios en las mareas o los efectos sobre el tráfico marítimo, entre otras cuestiones que se recogían en las alegaciones a un proyecto que supondrá una inversión de 2,2 millones de euros mediante la construcción de dos espigones y la aportación de más de 50.000 metros cúbicos de arena.  

Entre las advertencias, el Centro Oceanográfico de Santander señaló que “la construcción de diques es posiblemente la opción con mayor efecto negativo en el medio ambiente, por lo que se deberían incluir otras alternativas menos impactantes y que también ayudan a estabilizar la playa de forma menos agresiva, como es la no eliminación de algas y plantas en la limpieza de las playas”.

Además, esta institución dependiente del Gobierno de España mostró su desacuerdo con que la actuación propuesta no tiene efectos más allá de las playas sobre las que se pretende actuar y recordó que “son conocidos los efectos que en muchas ocasiones pueden ocasionar estas estructuras, alterando el sistema natural de olas y corrientes, afectando al transporte de sedimentos y como consecuencia la dinámica de erosión”. Por todo ello, recomendó estudiar con “mayor profundidad” el medio para poder evaluar los posibles cambios, una petición que fue rechazada.

Por otro lado, la Autoridad Portuaria de Santander expuso que “no se mencionan medidas preventivas de ejecución para evitar otros vertidos accidentales” durante las obras de construcción de los espigones y que “no se concreta ningún tipo de control para la protección de la calidad de las aguas”. También alertó sobre los efectos en el canal de navegación del Puerto de Santander y la hidrodinámica en el resto de la Bahía.

En el caso de la Dirección General de Cultura del Gobierno de Cantabria, se remitió un informe de su Servicio de Patrimonio Cultural indicando que “debido a la potencialidad arqueológica de la zona, se deberá realizar un seguimiento arqueológico continuo de todas las excavaciones que se realicen en las zonas de playa, así como los dragados y obras submarinas necesarias para la ejecución del proyecto”.

Pese a todas estas recomendaciones, la Secretaría de Estado de Medio Ambiente ha dado luz verde al proyecto al concluir que quedarán “adecuadamente protegidos” el medio ambiente y los recursos naturales con la alternativa propuesta, consistente en la construcción de espigones de escollera para que se genere una superficie de arena seca similar o superior a la existente, sin necesidad de las actuales aportaciones periódicas que compensen la pérdida continua de arena por erosión.

No obstante, la Dirección General de la Sostenibilidad de la Costa y el Mar del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, promotora del proyecto, reconoce que los nuevos espigones resultarán “muy llamativos paisajísticamente” dado que serán visibles de manera continua desde el entorno de la playa “aunque de cuenca visual muy reducida”.

“La única alternativa posible”

El posicionamiento favorable por parte del Ayuntamiento de Santander no ha tardado en llegar y ha sido el concejal de Medio Ambiente y Movilidad Sostenible, José Ignacio Quirós (PP), el que ha remarcado que el proyecto de estabilización es la “única alternativa” para que la ciudad siga contando con la playa de La Magdalena y, en gran medida, también con las playas de Bikini y Los Peligros.

“Esta actuación no solo garantizará su pervivencia, sino que mejorará la seguridad y evitará riesgos de daños que se están produciendo a consecuencia de los temporales, como las caídas de muros o las afecciones al balneario”, ha apuntado el edil a través de una nota de prensa.

Por otra parte, Quirós ha destacado que el proyecto que se va a acometer “es el resultado del proceso de participación ciudadana convocado para que fueran los santanderinos quienes decidieran si se debería actuar o no para frenar el proceso que podría llevar a la desaparición de esos arenales”.

En este sentido, ha señalado que el estudio realizado por la Universidad de Cantabria para analizar el futuro de esas dos playas y plantear posibles soluciones se trasladó, a través de una exposición en la Plaza Porticada, de conferencias y de una encuesta, a los ciudadanos, que, “se mostraron a favor de actuar para que se mantuvieran las playas en un 90 por ciento”. “Además, de entre las tres posibles soluciones aportadas por la Universidad de Cantabria, la que se va a acometer fue la que obtuvo el apoyo de cerca del 60 por ciento de los ciudadanos que participaron en este proceso”, ha concluido.

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