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El PRC pide ahora paralizar la construcción de los diques de La Magdalena

Las obras dependen del Ministerio de Medio Ambiente y cuentan con un presupuesto de 2,1 millones.

Rubén Vivar

El PRC lanzará una doble ofensiva en el pleno del Ayuntamiento de Santander y en el del Parlamento de Cantabria para pedir la paralización “inmediata” de las obras de los espigones para la estabilización de las playas de Bikini, La Magdalena y Peligros, cuyas obras han originado diversos actos de protesta promovidos por las asociaciones ecologistas ARCA y Grupo Alceda.

Esta iniciativa política, justificada en el “impacto brutal” que suponen dichas infraestructuras, llega después de que la Consejería de Medio Rural, en manos del regionalista Jesús Oria, retirara el pasado verano el recurso judicial que había presentado en la Audiencia Nacional contra este proyecto, que actualmente en fase de ejecución y que cuenta con un presupuesto de 2,1 millones de euros.

Aquella decisión se materializó en el Consejo de Gobierno celebrado en la primera semana de julio, aunque fue anunciado meses antes por el presidente autonómico y líder de este partido, Miguel Ángel Revilla, quien dio este paso tras mantener la primera reunión con la entonces recién nombrada alcaldesa de Santander, Gema Igual (PP), como señal de buena voluntad de cooperación entre ambas administraciones.

Los portavoces del PRC en la capital cántabra, José María Fuentes-Pila, y del grupo parlamentario, Pedro Hernando, han sido los responsables de comparecer en rueda de prensa para anunciar esta medida, que se debatirá el próximo jueves día 29 en el pleno municipal y en la primera semana de abril en la Cámara autonómica.

Ambos han negado que fuera un error retirar el recurso contencioso-administrativo presentado por la Dirección General de Medio Natural, ya que según han afirmado la oposición del Ejecutivo autonómico a este proyecto se debió a que no contaba con un informe actual sobre las posibles consecuencias al Lugar de Interés Comunitario (LIC) del Puntal de Somo, lo cual se subsanó posteriormente a través de un informe del Centro de Estudios de Experimentación de Obras Públicas que concluyó que no había afecciones. En este sentido, sostienen que aquel recurso no entraba a valorar el impacto visual que se ha puesto de manifiesto una vez que han comenzado los trabajos de construcción.

No lo ven así desde Izquierda Unida ni Ciudadanos, que han exigido a los regionalistas que “asuman su responsabilidad en la construcción de los diques de la playa de La Magdalena”, ya que fue una “irresponsabilidad” retirar el recurso presentado para llegar a un acuerdo extrajudicial con el Ayuntamiento de Santander.

“Resulta sorprendente que hoy en día el PRC pretenda arrogarse la defensa de causa alguna medioambiental en Santander cuando el Gobierno autonómico usó en julio de 2017 su renuncia a impugnar el proyecto de los espigones en la bahía de Santander como carta de amor al ministro De la Serna”, ha criticado el concejal de IU, Miguel Saro, quien censura la “hipocresía” de esta iniciativa.

Desde IU defienden que las cautelas que exigían diversos organismos públicos al proyecto debido a la afectación que tendría el mismo sobre las corrientes marinas y el movimiento de sedimentos “parecen haber desparecido cuando su principal promotor, el exalcalde de Santander, Iñigo de la Serna, alcanzó la condición de ministro, dando ocasión al presidente del Gobierno cántabro, Miguel Ángel Revilla, a escribir un capítulo más de su larga tradición de cortejo al ministro de los populares”.

Por su parte, el coordinador de Cs en Santander, Marcos Gutiérrez, ha criticado que los regionalistas pongan ahora “excusas” cuando, “teniendo las herramientas legales en la mano para impedir semejante atentado al paisaje de Santander, cedieron y permitieron este atropello medioambiental”. “La vieja política sigue tirando la piedra y escondiendo la mano”, ha señalado el coordinador de Cs en la capital de Cantabria, que ha subrayado que “el Ejecutivo está siendo cómplice del Ayuntamiento del PP en lugar de dar la cara e impedir que las obras prosigan su curso”.

Tal y como contó este medio, el Centro Oceanográfico de Santander ya advirtió en las alegaciones que presentó al proyecto que la construcción de los diques era la opción “con mayor efecto negativo” y reclamó que se estudiaran otras alternativas “menos impactantes” y “agresivas”.

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