Dos científicas cántabras participan en una investigación internacional que busca utilizar la saliva de los gusanos para degradar plásticos

Investigadoras del Grupo de Química Inorgánica de la Universidad de Cantabria (UC) están participando en un proyecto de investigación internacional que estudia las posibilidades de utilizar la saliva del gusano de la cera para degradar materiales plásticos como el polietileno, por ejemplo en vertederos.

En los laboratorios de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación de la UC se realizan análisis espectroscópicos de los productos obtenidos de esta degradación y se desarrollan procedimientos accesibles y aplicables, ha informado la Universidad en nota de prensa.

Las científicas Lorena González Legarreta y Carmen Pesquera han explicado que este proyecto pretende dar solución a uno de los problemas medioambientales más importantes que afectan al planeta, como es la acumulación excesiva de desechos plásticos, mediante su eliminación y/o reciclado.

“Una botella o una colilla, cuyos filtros contienen celulosa, tarda muchos años en degradarse, y se trata de acortar el proceso a unas pocas horas”, han señalado.

Todo comenzó con la investigadora Federica Bertocchini, actualmente en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) de Madrid, quien hace varios años inició esta línea gracias a su afición a la apicultura y a su capacidad de observación. “Se fijó en que aparecían agujeros en la bolsa de plástico donde transportaba una colmena infestada de gusanos”, recuerdan González y Pesquera.

Este hallazgo e investigaciones exhaustivas posteriores sobre el efecto que producen las enzimas de la saliva del gusano de cera en la degradación del polietileno (PE), que es un plástico masivamente utilizado, han dado lugar a varias publicaciones.

La más reciente, aparecida hace unas semanas en la revista 'Nature Communications', ha contado con la colaboración de las científicas de la UC. En concreto, han realizado el estudio espectroscópico de las muestras de plástico una vez expuestas al contacto con la saliva del gusano, observando su rápida oxidación y degradación con unas horas de exposición a temperatura ambiente y en condiciones fisiológicas.

Unos resultados “alentadores” que las investigadoras quieren compartir y difundir. “Con técnicas relativamente sencillas hemos conseguido desarrollar procedimientos accesibles, para que todo el mundo pueda disponer de ellos”, han dicho.

Se trata de un primer avance en una línea que aún tendrá que seguir estudiando las diferentes alternativas para utilizar este mecanismo natural a favor del medio ambiente, logrando procesos de degradación más rápidos para combatir, por ejemplo, a los microplásticos. “El trabajo continúa”, ha señalado Lorena González.

Bertocchini está trabajando actualmente en una patente y en la creación de una spin-off para trasladar los resultados a la industria y que resultado llegue pronto a beneficiar a la población.