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Entrevista Álvaro de la Hoz, director de cine cántabro

“En un mundo de fácil acceso a producciones culturales de todas partes, la manera de distinguirte es a través de lo local”

El director, Álvaro de la Hoz, durante el rodaje del largometraje 'Hazlo por mí'.

Ainhoa Díez

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Nueve años de espera no han sido suficientes para acabar con la motivación del director cántabro, Álvaro de la Hoz, que ha estrenado este mes de julio ‘Hazlo por mí’, su primer largometraje. La película es también el primer papel protagonista de Luis Oyarbide y se terminó de rodar dos años antes de que el actor falleciese en 2016. A pesar de los problemas técnicos de la producción y el tiempo de espera, Álvaro de la Hoz reconoce en una entrevista a elDiario.es que se siente reconfortado de haber podido cumplir con la responsabilidad de que “era la película que había hecho Luis, por tanto, se tenía que acabar y se tenía que acabar bien”.

El filme se ha rodado íntegramente en Cantabria en las localidades de San Roque de Riomiera, Selaya, Villacarriedo, Vega de Las, Torrelavega, Santoña y Santander. Para el director cántabro se trata de un “elemento distintivo” que pretende mantener en todo su trabajo. En este caso, la historia pretende hacer justicia a los Valles Pasiegos y a sus habitantes, de los que de la Hoz se confiesa encandilado. “Ese era también un poco el objetivo, que cuando alguien de la zona vea ‘Hazlo por mí’ se sienta orgulloso, contento”, confiesa.

¿Cómo se siente al estrenar finalmente un largometraje que ha cultivado durante nueve años y que, además, ha recibido una gran acogida por parte del público?

Con muchísima satisfacción, lógicamente. A nivel personal me quito un gran peso de encima también, porque ha sido un proceso muy largo, y mentalmente... siempre tuve claro que íbamos a terminar la película y que se iba a estrenar, pero me ha llevado mucha fortaleza mental el poder llegar hasta el final. Entonces, es un alivio y una satisfacción que, de hecho, creo que todavía voy a necesitar algunas semanas para que se asiente. 

Claro, además de ser su primer largometraje, ha habido problemas por ejemplo con el sonido, ¿no?

Al tratarse de una película de bajo presupuesto hace muchas cosas técnicas más complicadas. El sonido siempre es uno de los aspectos más difíciles del rodaje de una película profesional, aunque no lo parezca. Es un elemento incontrolable de un rodaje. De la imagen puedes tener siempre un cierto control. Claro que, cuanto más dinero tengas, más control podrás tener sobre la iluminación, el momento del día, el tipo de cámara o las lentes.

El sonido también se puede mejorar, pero si estás en un ambiente donde hay ruidos que vienen de lejos o, en nuestro caso, en un ambiente donde frecuentemente hay mucho viento o cosas que no podíamos controlar, es complicado. Muchas veces las películas con poco presupuesto se ruedan en interiores. Claro, no es casualidad. Cuanto más controlado es el entorno, todos estos temas los tienes más atados. 

Nosotros nos lanzamos a hacer gran parte de la película en exterior porque nos parecía que era un elemento de valor. En ciertos aspectos técnicos lo pasamos mal para conseguir que saliera. El sonido ha necesitado mucha postproducción para que se pueda escuchar bien y para tener la voz de Luis (Oyarbide, actor protagonista).

¿El fallecimiento de Luis Oyarbide influyó también en la película?

El tema del fallecimiento de Luis fue un palo bestial. A la película en sí no le afecta mucho, está tal cual iba a ser porque ya estaba completamente rodada. Afectó un poquito en el tema de postproducción, que requirió un poco más de trabajo en el audio para salvar su totalidad. A parte de eso, es la película que estaba en el guion y que conocía Luis cuando rodamos. No tuvimos que hacer ningún apaño. Eso me reconforta, que sea la misma película que estábamos haciendo con Luis y la que él sabía que estábamos haciendo. 

Ya había ese sentimiento de responsabilidad por llevar a cabo el proyecto dónde había participado tanta gente, donde tanta gente había puesto ilusión o dinero, porque hubo un ‘crowdfunding’. Entonces se añadió también la responsabilidad de que era la película que había hecho Luis, por tanto, se tenía que acabar y se tenía que acabar bien. 

La película fue el primer papel protagonista de este actor y ha comentado que la hicieron pensando en él…

Sí, el guionista Pedro Pablo Picazo y yo llevábamos cierto tiempo queriendo hacer una película, y los intentos que habíamos tenido de levantar proyectos cinematográficos habían sido muy duros. Muchos de ellos se habían caído, a veces en el último momento. Incluso estuvimos intentando levantar una película con Mario Camus. Al final, la productora (Burbuja Films) la habíamos formado para, aparte de poder vivir de lo audiovisual, poder hacer nuestros propios proyectos.

Entonces, en un momento dado, como tenemos esta ansia de lanzarnos al largometraje después de muchos cortos y probar un poco como era, nos planteamos un proyecto que pudiéramos hacer, pero con los mejores recursos que tuviésemos a nuestro alcance. En materia de quien iba a ser protagonista en nuestra película, a nosotros nos encantaba el trabajo de Luis. Habíamos visto mucho su trabajo fundamentalmente en el teatro de ‘La Machina’ y sabíamos que él tenía que ser nuestro protagonista como fuera. La historia se hizo un poco en torno a él y a su personaje.

Cuando yo me reúno con Luis para proponerle el proyecto le di una copia del guion, estuvimos hablando un poco y me dijo que se lo leería. Al cabo de unos días, me llama otra vez para comentármelo. Cuando quedé con él, me dijo que se metía encantado. Le había gustado la historia y le había hecho especial ilusión que el guion, aunque en el título ponía ‘Hazlo por mí’, en los pies de página ponía ‘Oyarmovie’. Era el nombre en código que teníamos para la película y al guionista se le había quedado en el Word del proyecto. 

Como documentalista, varios de sus proyectos abordan el sistema de vida pasiego y su importancia, ¿ha influido esta faceta en ‘Hazlo por mí’?

Cogimos muchos elementos de la vida en los Valles Pasiegos. Tanto Pedro Pablo como Marta Solano (también socia de Burbujas Films) como yo nos iniciamos en la productora haciendo varios trabajos centrados en la cultura de los Valles Pasiegos. Nuestro primer documental se llama ‘Cuando yo me haya ido’, es sobre la vida de los niños en San Pedro del Romeral. Después hicimos otro documental, ‘Cultura del Territorio en los Montes de Pas’, que trata sobre la cultura y el ciclo de vida pasiego. Y nos encantaba, la verdad. Nos encantaba la zona, nos encantaba la gente, los paisajes evidentemente nos parecen absolutamente únicos. Así que por una parte nos gustaba la idea de ambientar la historia allí, por el paisaje porque es muy potente, pero luego también por las personas que habíamos conocido haciendo los documentales. Muchos personajes los inspiramos un poco en esa gente.

Nos apetecía hacer una película con protagonistas pasiegos, dar una imagen buena y una imagen normal de la gente pasiega. Ese era también un poco el objetivo, que cuando alguien de la zona vea ‘Hazlo por mí’ se sienta orgulloso, contento. Dejando aparte que nosotros sabemos que hay toda una parte de ganadería en la que nos tomamos ciertas libertades artísticas con respecto a lo que es la experiencia real allí.

La película se ha rodado íntegramente en Cantabria. El cineasta Manuel Gutiérrez comentó en una entrevista que lo local es a veces lo más internacional, ¿está de acuerdo con esta afirmación?

Sí, me parece que es muy cierto. En el mundo en el que estamos, donde hay un fácil acceso a producciones culturales de todas partes, ya sean películas, fotografías, relatos, lo que sea, la manera de distinguirte y de ofrecer algo interesante es muchas veces a través de lo local. A mí siempre me ha gustado el cine entre otras muchísimas cosas como ventana para acercarte a otros países, otras culturas u otros paisajes. Es una manera de vivir otras experiencias, ¿no?

Te vas a ver una película iraní o coreana, aparte de la propia historia y los personajes, tiene un interés añadido de estar viendo otro modo de vida, otras costumbres. Eso yo creo que nos gusta a todos. Y nosotros siempre nos planteamos que un atractivo también de esta película era ofrecer algo diferente a un espectador que la vea tanto en España como en el resto del mundo. Aunque el núcleo sea la relación emocional más que la parte costumbrista, para mí es muy curioso pensar en la reacción que puede tener a la película un espectador de Estados Unidos, de Francia o de Bulgaria.

Entiendo que, en sus próximos proyectos, continuará apostando por el futuro del cine en Cantabria.

Sí, sí, sí. Estamos aquí ya desde hace bastante tiempo y siempre con la intención de quedarnos y de construir algo aquí. Ahora mismo con la unión de productoras que poco a poco se instalan en Cantabria a través de la asociación de la PACA, del buen entendimiento y la disposición que hay en el Gobierno regional y a través de la Cantabria Film Commission y de la Filmoteca hay muchas iniciativas que se están encaminando a afianzar una naciente industria audiovisual en la comunidad. Nosotros tenemos claro que queremos seguir en Cantabria, seguir aprovechando este elemento distintivo. 

De hecho, yo ahora mismo he cambiado mucho temáticamente. ‘Hazlo por mí’ la rodé hace mucho tiempo y el tipo de cosas que hago ahora tienen muy poco que ver con la película. Sin embargo, siempre me gusta que todas o muchas de las cosas que haga tengan como elemento diferenciador el hecho de estar rodadas en Cantabria o de surgir de alguien como yo que ha vivido aquí toda la vida. 

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