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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

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Ley de Vivienda Ya

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Hay una exigencia que debería ser irrenunciable para aprobar los nuevos Presupuestos Generales: la Ley de Vivienda. La ha pedido insistentemente Unidas Podemos y con la misma insistencia la ha esquivado el PSOE. Hasta 52 prórrogas ha tenido en el Congreso la tramitación de un proyecto que está en el acuerdo de investidura de los socios de la coalición. Afortunadamente, Bildu y ERC han puesto como condición para su apoyo a los Presupuestos el desbloqueo de la ley en la que quieren incluir un tope a las hipotecas variables y una prórroga de los límites al alquiler hasta fin del año que viene. Mientras los que se autodenominan “constitucionalistas” se oponen o se ponen de medio lado, los acusados de salirse de la Constitución son los que más se empeñan en cumplirla.

Artículo 47 de la Carta Magna: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”. Para asegurar lo primero se tiene que dar lo segundo, que las autoridades regulen en interés de la mayoría y en contra de los especuladores. Durante el gobierno de Rajoy, la derecha hizo lo contrario. Regaló suelo, ventajas fiscales y hasta vivienda de protección oficial a los fondos buitre y absorbió los activos tóxicos de las cajas de ahorro durante la crisis financiera por un valor de 35.000 millones de euros. El entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró que a los españoles no nos costaría un euro. Hoy es vicepresidente del BCE. Premio a su gestión.

Se cumplen 10 años de la creación de ese “banco malo”, la SAREB, que asumió el agujero negro de las cajas formado por inmuebles, suelo edificable y créditos a promotores. El Estado fue el principal avalista y por imposición de la Unión se ha terminado comiendo el pastel de la deuda. Mejor dicho, nos lo hemos comido los españoles. A cambio, el Gobierno de Sánchez aprobó este enero convertirse en el accionista mayoritario, tomar el control que compartía con algunos bancos y añadir la “utilidad social” como objeto de la entidad. Eso significa que dispone de más de 54.000 viviendas, 21.000 obras en construcción y 30.000 parcelas urbanizables. Pero no ha significado que el partido que se dice socialista haya aprovechado para transformar todo ese ladrillo en un parque de vivienda pública para sacarnos de la cola de Europa. 

España tiene 2,5 viviendas sociales por cada 100 hogares, 10 veces menos que Austria. El Gobierno acaba de anunciar la construcción de 17.000 viviendas sociales dentro de un plan que contempla hasta 100.000; sin embargo, podría hacer algo mucho más fácil, liberar los pisos del banco malo. Por ahora, solo lo ha hecho con 15.000. El PSOE no hace más que dar largas. Mientras retiene casas sin gente en un país con gente sin casa, los que ganan son los bancos y los fondos que controlan el mercado. No es casualidad que Ábalos se opusiera a limitar los precios, como tampoco lo es que Sánchez se reuniera en Nueva York con Blackstone. El mayor casero de España. 

Ese es el problema. Estamos en las garras de los buitres (y de quienes les alimentan). La mayoría de españoles no puede comprarse una casa, los jóvenes no pueden emanciparse, hay adultos de 40 años con trabajo que aún comparten piso, somos el país de la OCDE que más sueldo gasta en vivienda y el año pasado se produjeron más de 110 desahucios diarios, la mayoría por alquiler. El hogar es el núcleo de la vida. Sin casa no se puede construir un futuro. Sin proyecto vital, la población envejece, no podemos pagar las pensiones, la economía no circula, el país colapsa. Sin derecho a techo no hay igualdad, no hay justicia, no hay democracia. 

Hay soluciones. La vivienda social, la recuperación de inmuebles, las ayudas al alquiler, los límites a los precios y al número de casas en manos de grandes tenedores, el control del mercado negro… Como siempre ha dicho la PAH, sí se puede. Pero no quieren. Tendría que ser una exigencia de toda la sociedad. Un clamor. Ley de Vivienda Ya. Cumplan con la Constitución. Sean un Gobierno de izquierdas.

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