Ayudas de integración social de la Junta: limosna tardía e insuficiente
La convocatoria para participar en proyectos de integración del sistema públicos de servicios sociales ha levantado los ánimos de los profesionales del Colegio Oficial de Trabajo Social de Castilla-La Mancha. Lamentan profundamente que unas ayudas destinadas a luchar contra problemas estancados en la sociedad regional, como la pobreza, el riesgo, la vulnerabilidad y la exclusión social se publiquen tan tarde, aseguran que casi 10 meses después de lo previsto, sin plazos, ya que sólo se cuenta con 10 días para presentar solicitudes y con un presupuesto exiguo, que no alcanza los 3 millones de euros.
Así, los agentes sociales de la región contarán con un 83,24% de presupuesto menos que en 2011 para poder atender a familias necesitadas, además de dar pie a que los profesionales del sector puedan desarrollar sus actividades. El colegio afirma que, después de pasar meses guardada en los cajones, que la convocatoria salga ahora es un “cúmulo” de despropósitos. A la tardanza y la falta de recursos se suma que quienes presenten las solicitudes podrían tener que esperar incluso tres meses, lo que no ofrece ningún margen de acción a las entidades beneficiarias para contratar profesionales y de hecho realizar los proyectos aprobados, lo que puede implicar que los beneficiarios tengan que devolver, incluso, la subvención completa, algo que es común desde la Consejería de Asuntos Sociales.
El Colegio asegura que este tipo de prácticas son los que han provocado los despidos masivos de profesionales de la Administración y de entidades sociales, lo que si se une a los recortes en general convierte con razón a Castilla-La Mancha en la región más pobre y en la que menos se ayuda a las familias con problemas, la cuarta con más paro y la segunda con más desahucios, entre un largo etcétera. Los profesionales critican que, si se sabe que hay más de 240.000 familias en situación de pobreza, exclusión social o ambas, no entienden que la junta destine 12,10€ euros de media para ayudar a las 247.311 familias a combatir la pobreza.
Tres soluciones básicas son las que proponen para corregir la situación desesperada de la región: multiplicar por diez el importe de las rentas mínimas de inserción, lo que se conoce como ingreso mínimo de solidaridad, mientras se desarrolla la Renta Básica en la región, multiplicar por veinte el importe de las ayudas de emergencia social y multiplicar por cinco el importe de los programas de inserción social que ayudarían a rebajar las situaciones de pobreza, riesgo, desamparo y exclusión social de la región, además de ofrecer miles de puestos de trabajo a los profesionales sociales.