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Muchas somos las personas que llevamos trabajando en silencio, sin “dar un ruido” como dicen en mi familia, trabajo que después de casi tres años de militancia activa nos ha enseñado que la diferencia de estar en Podemos con respecto a otros partidos radica en el hecho de que nadie te marca las pautas que debes seguir. Nuestra intervención se basa en una sola frase: “Defender la Declaración Universal de los Derechos Humanos” y sobre todo en aplicar siempre el “sentido común”. Todas sabemos dónde está la veta del tajo y las armas que tenemos para luchar contra el gobierno popular de Mariano Rajoy y su gran coalición que se extiende por los municipios de Castilla-La Mancha. Nadie, absolutamente nadie, nos ha dado nunca un guión de combate.
Todas, sin duda alguna, nos encontrábamos a la intemperie, atando los lazos fraternales que generan la indignación y la precariedad, levantando codo a codo un tejado que nos protege de la tormenta austericida mientras cimentamos los pilares y edificamos la estructura de esta nuestra casa común a la que llamamos Podemos. Casa que alberga a las personas que amasan el mortero que la mantiene en pie. Personas muy dispares que no preguntan quién eres y te abren la puerta sin más trámite, porque nuestras caras lo dicen todo: “Queremos romper las cadenas que nos atan”.
Sabemos que la necesidad nos ha obligado a empezar la casa por el tejado y que los pilares iniciales necesitan reforzarse y, en ocasiones, tendremos que sustituir aquellos que no han soportado la carga. El peso de la responsabilidad no se puede tomar a la ligera. Muchas lo asumimos sin tener clara nuestra resistencia y nos llevó a la desidia y al abandono de nuestras tareas. Aún así, con esos pilares, rompimos el bipartidismo y conseguimos echar a Cospedal del gobierno de nuestra región al entrar en Las Cortes como diputados de dos de nuestros candidatos. Page está en minoría y el PSOE perdió la hegemonía y la capacidad de ofrecer una alternativa en solitario al gobierno del corrupto Partido Popular.
Remarcar que Podemos no es quien gobierna en Castilla la Mancha: ¡somos la oposición a las políticas liberales y a las redes clientelares y sus puertas giratorias, vengan teñidas del color que vengan!
Algunas compañeras y compañeros no lo han entendido bien y, lejos de aceptar los resultados de nuestra votación en las primarias iniciales en Castilla-La Mancha, decidieron que había que hacer oposición a nuestra propia dirección elegida democráticamente, sobre todo los que apostaron por una lista que fue desestimada por las personas inscritas en nuestra organización.
Y empezó el hostigamiento a los pilares de la casa que construimos. Su única meta ha sido ocupar el sillón que no les otorgamos, olvidando que el adversario político se encuentra fuera de nuestro hogar. Negaron el apoyo que deberían haber dado a nuestro proyecto político y a la intervención diaria que, en silencio, “sin dar un ruido”, muchos compañeros y compañeras realizan en sus territorios. Esto no está en su agenda.
Desperdigados y desconcertados pululan de un sitio a otro, sin una línea política común, cegados por el ansia de tocar sillón. Sólo importa que estés dispuesto a atacar a “José García Molina y a su ejército de palmeros” para engordar sus filas, incluso crear no una corriente, sino un partido dentro del partido con invitaciones confidenciales, como ocurrió en Almagro, que nuevamente terminaron en el abandono de las tareas silenciosas.
¡Y he aquí la llegada del Mesías! Aparece en escena nuestro diputado por Guadalajara David Llorente que se enmarca en la corriente Anticapitalistas (corriente que no existe en nuestra región) y todas y todos los errantes opositores se aglutinan en torno a su figura. El becerro de oro empieza a esculpirse. Lo importante es que disputa a Molina la Secretaría General de Podemos en Castilla-La Mancha. Y David se crece y promete democracia y participación para todas y todos, aunque nunca nos explica su proyecto (está muy despegado de sus fieles), pero no importa, está acariciando la empuñadura del cetro anhelado y firma el famoso manifiesto “Por una Asamblea Ciudadana en Castilla-La Mancha” lanzando a la prensa (ávida de recolectar estiércol con el que atacarnos) aquello que debiera haberse planteado de forma interna como una crítica constructiva, aportando alternativas a los errores cometidos. El resultado fue muy claro: obtuvieron menos firmas que votos en las primarias.
Tras el rechazo a los presupuestos de Page, de nuevo acude Llorente a la prensa para reforzar su candidatura (oculta que se le ofreció integrarse en una lista unitaria) con un “se me comunicó una hora antes”, y prosigue tildando de “régimen” a nuestra dirección por no haber consultado a la militancia esta decisión, aun reconociendo que no son los presupuestos deseables. Me pregunto: ¿para qué tenemos una dirección política si queremos amputar su capacidad de tomar decisiones? Amigo Llorente: cuando se produce un incendio, hay que tomar la decisión de apagarlo. Si para hacerlo hay que convocar una asamblea, seremos muy democráticos, pero el edificio se habrá quemado. Mal ejemplo de dirección nos planteas. Sabes que la decisión del Grupo Parlamentario del 'no' a los presupuestos se tomó unitariamente y tú eres parte de ese grupo, tú tomaste parte de esa decisión. Como dije al principio, nadie nos marca el guion de combate.
Por cierto, ¿con cuánto tiempo anunciaste a la militancia tu decisión de lanzar a los medios de desinformación los ataques a nuestro partido y tu disposición a someterte mansamente a Page?