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Relatos unidos por el amor y la muerte

Susana Fuentes, escritora

Alicia Avilés Pozo

En un lugar sin nombre de la geografía castellana confluyen las vidas, historias y caminos de los personajes que la escritora y filóloga Susana Fuentes, natural de Las Majadas (Cuenca), ha fabricado para su primera novela, ‘Flores amarillas y otros relatos de amor y muerte’. La presentación inauguró la Semana de Libros en Otoño, iniciativa de la Diputación de Cuenca para dar a conocer novedades literarias y promocionar los libros y su lectura.

Fuentes explica que esta colección de relatos procede de una obra anterior ya escrita y terminada, llamada ‘La bruja de las palabras y otras historias para leer en días de lluvia’, que había sido publicada en su blog ‘Lo pensaré mañana’ en forma de posts. Fue a raíz de una historia escrita en La Tribuna de Cuenca y del apoyo del periodista José Luis Muñoz cuando surgió la idea de recoger esos textos y componer este otro libro.

Rescató y corrigió algunas de esas historias y las configuró en torno a dos ejes que “sustentan la carne de este asador, aquella que marca la vida”: el amor y la muerte. Según apunta, todos los relatos del libro, aunque de carácter ficticio, tienen su base en uno de estos dos lugares comunes y en ocasiones en los dos.

“Quería un libro breve y apetecible, no un mamotreto voluminoso y áspero que espantara solo con verlo”, afirma. Por eso tomando como núcleo el primer cuento, ‘Despedidas’, fabricó “un pequeño universo de personajes cuyos caminos se cruzan en lo que parece ser el mismo espacio rural”. “Son historias que, aún teniendo todas principio y final por sí solas, leídas juntas conforman algo mucho más amplio”, anticipa la escritora.

Fuentes también detalla que hay un segundo bloque de relatos “libres e independientes”, desde uno de carácter infantil pasando por una leyenda, hasta una “gamberrada final con unos gramos de rock & roll, sobredosis de fantasmas y esa cosa que se siente cuando uno abraza el lado oscuro del alma frente a una sociedad con altas exigencias morales”.

Pero ante todo la escritora conquense destaca que muchas de estas historias se desarrollan en un lugar sin nombre de la geografía castellana, “en un tiempo impreciso donde prima la grisura y el dolor”. No lo considera sin embargo un ejercicio de nostalgia sino una forma de situarse “en unas coordenadas que son literarias de por sí, por su alto componente de drama, de amores clandestinos, de un universo casi de copla”.

Sin idealizaciones

También deja claro que no es un libro de pasados sino de presentes y que los relatos no ofrecen una visión idealizada de la vida rural. “No me interesa hablar de los pueblos como postales bellas pero quietas (…) No puede amarse ni entenderse aquello que se idealiza, y por eso no lo hago. Solo se entiende y se ama aquello que se ve tal como es y se abraza con sus certidumbres y sus dudas, aunque sea un lugar más dado al otoño que a la primavera”.

Entre las páginas de ‘Flores amarillas y otros relatos de amor y muerte’ aparecen “seres hechos de trabajo, auténticos y hondos, sabios y vitales, sin victimismos ni complejos pero sin proclamas vanas ni menosprecio de lo propio; hijos de Castilla curtidos en sequías y conformados de la tierra en la que han de descansar envueltos en ásperos sudarios, y no en profusas y plácidas sedas o en jirones de banderas ganadas en gloriosas batallas, porque los campesinos no pasamos a la historia, pero la hacemos”, concluye Fuentes.

Junto a la escritora participaron en la presentación del libro la jefa de la sección de publicaciones de la Diputación, Maga Segarra; el diputado de Cultura, Fernando Medes; el prologuista e impulsor de la publicación José Luis Muñoz; y el fotógrafo Juan Ignacio de Frutos. Este último es el autor de la fotografía de portada y de las otras siete que aparecen entre los relatos.

Susana Fuentes nació en Cuenca hace 38 años y lleva 24 en Madrid. Estudió Filología Hispánica y trabajó como becaria en el diario El Mundo corrigiendo textos, pasando después al área de la prensa en Hachette, actual Hearst Magazines. Aficionada a las series, los libros, el cine y la música, es también bloguera y se define como inventora de “gente que no existe, sobre todo fantasmas y amantes de los que no tienen cabida en la vida real”.

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