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Castilla y León ha registrado uno de los inviernos más secos y cálidos de las últimas décadas

Montañas en la provincia de León

EP

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Castilla y León ha registrado su tercer invierno más seco desde 1981 y cuarto más cálido desde 1951, con un déficit hídrico que se eleva hasta el 53 por ciento, según el balance realizado este jueves por el delegado regional de la Agencia Estatal de Meteorología, Manuel Antonio Mora García.

En su análisis de lo ocurrido durante el invierno de 2022, Mora García ha señalado como principales claves el carácter extremadamente cálido y seco del mismo, con 1,5 grados por encima del promedio habitual--la media de las temperaturas máximas es la más alta desde 1951--y la escasez de lluvias, hasta el punto de que el déficit hídrico se sitúa en un 53 por ciento.

Pero además, otra de las características del presente invierno es el hecho de que nos encontremos con el tercero con más insolación desde 1984; es decir, con el periodo invernal con menos nieblas persistentes y también con una gran amplitud térmica, de 20 grados de diferencia en un mismo día, al registrarse mínimas de hasta -5 grados y máximas de 15 dentro de las mismas 24 horas.

“Estamos ante un invierno muy cálido y seco que no ha llegad a la mitad de lo que tendría que haber llovido en un año normal. Un ejemplo de ello es que en Ávila se han recogido 36 litros, frente a los 96, equivalente a un déficit de más del 60 por ciento”, ha explicado el responsable de la AEMET en Castilla y León, quien ha achacado este “anómalo invierno” al bloqueo anticiclónico invernal.

Ese bloqueo, ha apuntado Mora, en declaraciones recogidas por Europa Press, se ha puesto de manifiesto en que este invierno, frente a las nueve borrascas de 2021, tan solo se han producido dos, 'Blas' y ahora 'Celia', cuyos efectos se han hecho notar en forma de calima o polvo en suspensión procedente del desierto que continuará este jueves y todavía el viernes.

Respecto del balance hídrico, el experto ha explicado que la precipitación acumulada en este trimestre alcanza un déficit del 53% (teniendo en cuenta todas las estaciones disponibles) respecto al treintenio 1981-2010, con 19 días de precipitación apreciable y 3 días de nieve (41 y 7 el año anterior).

Los valores acumulados de precipitación dejan un periodo de carácter muy en la mayor parte de la región. Solo en zonas del Norte el balance es de periodo seco, excluyendo en Norte de Burgos, donde ha sido normal o húmedo, mientras que la mayor parte de las precipitaciones han estado comprendidas entre 46 y 97 l/m2 (entre 147 y 288 l/m2 el año anterior).

Tal circunstancia ha llevado a que en la actualidad los embalses de la Cuenca del Duero se encuentren al 50 por ciento de su capacidad, si bien el delegado de la AEMET en Castilla y León vaticina que ese déficit de precipitaciones hasta el momento se palíen con las previstas para este mes de marzo, mes en el que se prevén temperaturas más bajas de lo normal y lluvias que se harán más persistentes a partir del próximo lunes, más significativas en el entorno del Sistema Central hasta el jueves.

Sobre las previsiones de cara a la próxima Semana Santa, entre los días 8 y 17 de abril, Manuel Antonio Mora García ha declinado hacer una “predicción fiable” para esos días en concreto, debido a las fechas en las que nos encontramos, y tan solo se ha atrevido a vaticinar la tendencia climatológica de los siete días previos, con “precipitaciones normales o ligeramente superiores y temperaturas también ligeramente superiores a lo normal”.

En cuanto a la predicción estacional para la primavera, el responsable de la AEMET en la Comunidad apunta que “lo normal es que sea cálidad, con una probabilidad del 70 por ciento, y seca, en este caso con un margen de probabilidad del 50 por ciento”, ha concluido.

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