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“Andreu Nin decía que los movimientos nacionales también son revolucionarios”

Teresa Carbonell, presidenta de la Fundació Andreu Nin. /MARCEL·LÍ SÀENZ

Jordi Mumbrú

Barcelona —

Maestro de escuela, periodista, traductor, ideólogo, revolucionario y víctima de la obsesión estalinista. Andreu Nin fue secretario general de la CNT y de la Internacional Sindical Roja, regidor de la ciudad de Moscú y secretario político del POUM, el partido que quería organizar la revolución. También fue consejero de Justicia de la Generalitat de Catalunya. Su obra es más actual que nunca, como la de Karl Marx, pero mucho más cercana: Nin habla de la crisis de la monarquía, del fascismo, de la huelga general, del lerrouxismo -que nunca se ha erradicado-, de la revolución y de la necesidad de articular la lucha. Andreu Nin es necesario y por ello ha sido silenciado durante más de 70 años.

Tras este vacío, la Fundación Andreu Nin ha conseguido que el Parlament de Catalunya le rinda homenaje, 76 años después de su asesinato. La presidenta la fundación es Teresa Carbonell, hija de militantes del POUM y compañera de Wilebaldo Solano, con quien vivió 58 años. Carbonell reivindica la revolución, sin fusiles, pero como un cambio radical. Cree que la autodeterminación de Catalunya es en sí misma una revolución, la movilización de todo un pueblo, pero avisa de que hay que trabajar también por “la emancipación” del resto del Estado. La lucha debe ser internacional. La entrevista es en su casa, en Barcelona.

¿Cómo han conseguido que el Parlament haga un homenaje a Andreu Nin?

Durante muchos años hemos estado luchando para que se hable del POUM, pero el Partido Comunista siempre hacía de pared. La clandestinidad del POUM ha durado muchos más años que durante la guerra, pero no porque estuviera prohibido sino porque el Partido Comunista lo impedía. Empezamos a conseguirlo gracias al documental de Televisió de Catalunya Operación Nikolai y luego gracias a la película Tierra y Libertad, de Ken Loach. Pero en realidad las ideas del POUM están vivas en muchos partidos del Parlament. La idea vino a partir de David Companyon, diputado del Partido Obrero Revolucionario, que forma parte de EUiA, cuando nos dijo que quería colgar un cuadro de Andreu Nin en su despacho. A las cinco colgaremos el cuadro y a las seis haremos el homenaje.

¿Después de que surgiera la idea, ha costado mucho conseguirlo?

La gente ya no es como hace unos años. La mentalidad ha avanzado mucho. Las cosas germinan poco a poco, van madurando. En este acto todo el mundo quiere hablar, muchas organizaciones de izquierdas, sindicatos, partidos... es algo que va surgiendo. Sobre todo en la situación actual, que es muy explosiva.

¿Tan explosiva como para terminar en una revolución?

Esto no depende de lo que uno piense, sino de los acontecimientos. Pero el sentimiento de la gente es de cansancio de una sociedad tan corrompida y con estas desigualdades tan grandes. La gente eso lo concibe y puede tardar más o menos, pero no sé hasta qué punto la gente podrá aguantar.

En sus artículos, Andreu Nin dice que la revolución necesita un partido o una movimiento con una estrategia, porque si no, no conduce a ninguna parte. ¿Es lo que ha pasado con el 15M?

Se equivoca quien piensa que el movimiento revolucionario surge de repente y sigue adelante. El 15M es muy importante porque ha hecho reflexionar mucho a la gente y la mentalidad va avanzando y eso es muy importante. Hoy hay mucha gente que comprende mucho más de lo que comprendía antes y esto es gracias al 15M. Todos iban allí a escuchar y poco a poco va entrando en el inconsciente colectivo de la gente.

¿Usted acudió?

Sí, y me gustó mucho. Porque veía a la gente como iba cambiando y comprendiendo las cosas. Su comportamiento cambió. Y la mentalidad es muy importante. Si la gente no comprende las cosas, no se puede hacer nada. Pero si lo comprende, en un momento dado se puede avanzar. Esto no quiere decir que se tengan que coger los fusiles, ni tirar tiros. Porque cuando avanza la mentalidad de la gente puede haber cambios, que es lo que queremos, sin que haya necesidad de tirar tiros. La revolución es un cambio radical, no es forzosamente tirar tiros. Y para ello hace falta el entendimiento de la gente. No lo harán cuatro personas. Y luego debe encaminarse la cosa. Hace falta organización, sea un partido o otra cosa, porque los partidos están muy desprestigiados.

La palabra revolución parece tener una connotación prácticamente terrorista...

Este es el interés de los que no la quieren. Si te fijas, siempre que hay movimientos populares, los que empiezan a tirar tiros no son los que se levantan sino los que tienen miedo de perder su poder.

A la PAH la acusaron de terrorista...

Sí y ellos no llevan armas. Sólo van con la razón y la justicia y es así como deben ser las revoluciones.

Ustedes tuvieron muchas discusiones sobre la internacionalización de la revolución. ¿Pero entonces la revolución es aún más difícil, no?

Sí, es difícil, pero es inevitable. No puede ser que cada uno luche para su país y arreglarlo sólo para ellos.

¿Es cierto que el momento histórico que estamos viviendo determinará el futuro de muchas generaciones?

Creo que sí. Quizá de momento parece que no se obtenga nada, pero es un momento de cambio.

Lenin dejaba muy claro el derecho a la autodeterminación. También Andreu Nin. ¿Cómo es que hay voces de izquierdas, sobre todo a nivel español, que se oponen a ello frontalmente?

En España no lo tienen tan claro y es porque no han conocido nunca a Catalunya. La emancipación de Catalunya está muy bien, pero hay que conseguir también la emancipación de España. Nos hace falta explicarlo. Pero el gobierno de derechas hace justo lo contrario, exacerbar más las diferencias para sacar provecho.

¿El gobierno de derechas catalán o el español?

El nuestro y el de España, que es peor que el de aquí. Porque Rajoy ha ido contando cosas negativas sobre Catalunya para poner los unos en contra de otros. Las izquierdas deberían hablar más con todo el pueblo del resto de España. Que la liberación de aquí fuera también el del resto de España.

El PSOE tampoco parece muy conforme con la autodeterminación...

Ellos defienden el federalismo, que si fuera posible, a nosotros también nos parece bien. Federalismo significa que todas las autonomías son libres y están federadas.

Parece claro que la relación entre Catalunya y España cambiará. ¿Cómo lo ve?

No lo veo nada claro. Parece que el gobierno de aquí empieza a dar marcha atrás. CiU ha exaltado el separatismo, para tapar otras cuestiones, pero ellos tienen muchos intereses con el gobierno de Madrid.

Nin decía que quien no quiera la revolución que no la alimente.

Exacto. Este es el problema con el que se encuentra CiU. Exaltaron un movimiento separatista sólo para conseguir la mayoría absoluta, pero eso para la burguesía es muy peligroso. Una vez has movilizado a la gente, aunque sólo sea por la independencia, después pueden decidir que están contra la propiedad privada, y este es el fundamento de CiU y de toda la derecha. Por eso ahora no son muy decisivos en el tema de la independencia. Se deben dar cuenta de los peligros que supone.

¿A la burguesía le interesa que la gente no se movilice nunca?

Claro, porque si movilizan a la gente para tener la independencia, puede que después la gente quiera ir más allá, como suele ocurrir con los movimientos nacionales, y decida ir contra la derecha... ¿Y entonces qué? Por eso decía Nin que los movimientos nacionales también son revolucionarios. Si movilizas a todo un pueblo no sabes qué puede pasar. Al mismo Mas le deben decir desde el propio partido que vaya con cuidado.

¿Cómo es que hay tantas reflexiones que hizo Nin hace 70 años que aún están vigentes?

Sí, hay muchas. Y es una lástima que lo mataran tan joven. Estaba preparando un libro sobre los movimientos nacionales y la emancipación nacional.

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