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Anna Saliente: “La mayoría de medidas por las que los 'comuns' sacan pecho se aprobaron con el apoyo de la CUP”

Anna Saliente, candidata de la CUP a la alcaldía de Barcelona

Pau Rodríguez

Anna Saliente, con 27 años, es la alcaldable más joven de las que se presentan a las elecciones en Barcelona. Su cometido es que la CUP, actualmente con tres concejales, no quede fuera del consistorio, tal como señalan algunas encuestas. A cuatro días del 26M no quiere desvelar si prefiere a Ada Colau o a Ernest Maragall al frente de la alcaldía. “Veremos quién está más dispuesto a tender hacia medidas de izquierdas”, valora. Y defiende que la suya es la única candidatura que apuesta por medidas drásticas como el decrecimiento turístico. 

Algunas encuestas apuntan a que podrían perder la representación en el consistorio. A estas alturas, ¿considerarían un buen resultado mantenerse en el Ayuntamiento?

Un buen resultado es aumentar la representación. No solemos hacer política en función de las encuestas. En 2015 parecía que no entrábamos y al final entramos. Al celebrarse las elecciones generales de por medio, se nos ha invisibilizado mucho, y esto condiciona las encuestas. Tal y como está la campaña ahora mismo esperamos incrementar la representación.

Una parte de la CUP sí se presento a las elecciones del 28A bajo el nombre de Front Republicà, pero no obtuvo ningún escaño. ¿Fue un error?

No sé si fue un error. Que no obtuviera representación creo que tiene que ver, entre otras cosas, con los bloques electorales. Más allá de considerarlo o no un error, yo sólo puedo decir que no era la estrategia que compartíamos, en tanto que la CUP decidió que no se presentaba. 

Las encuestas también muestran que la victoria el 26M se la disputan Ada Colau y Ernest Maragall. ¿A quién preferiría de alcalde?

No hemos hablado de esto. BComú y ERC son las dos fuerzas que tenemos más próximas. Nos acercamos a ellos en ciertas cuestiones pero también hay cosas que nos alejan de ellos y que nos preocupan. Nosotros pondremos el programa por delante y veremos quién está más dispuesto a tender hacia medidas de izquierdas. Todo ello teniendo en cuenta que una posibilidad es que el primer acuerdo que quieran hacer sea entre ellos y sin nosotros.

Si se diera esta alianza, ¿se sentiría cómoda la CUP para llegar a acuerdos? 

Depende del programa que pongan sobre la mesa. Es algo que hemos comentado a raíz de que propusieran el debate a dos: esto no va de ellos dos solamente. Si tienen que garantizar la gobernabilidad tendrán que acercarse a un bando u otro y, por lo tanto, decidir si su modelo es el PSC o si los acuerdos los buscan hacia la izquierda. Pero en cualquier caso son las dos fuerzas con las que nos sentimos más cercanas tanto en clave social, con una de ellas, como en la nacional, con la otra. 

¿Qué condiciones les pondría para apoyarles en una investidura?

No hemos hablado de medidas concretas pero sí de líneas que tienen que revertir el modelo de ciudad. Nos centraríamos en medidas contundentes en vivienda y en el decrecimiento turístico. También queremos crear un espacio de encuentro para recuperar el espíritu del 1-O, que pasa por impulsar una red de municipios desobedientes. 

Ustedes han planteado un compromiso a las distintas candidaturas soberanistas para avanzar hacia la desobediencia. ¿En qué se materializa eso desde el Ayuntamiento de Barcelona?

Nos lo preguntan mucho y no tenemos la receta mágica ni lo hará sola la CUP. Proponemos generar una estrategia conjunta, porque el procés ha estado marcado por las estrategias electoralistas de ERC y JxCat, y no por estrategias pensadas para lograr objetivos concretos. Tenemos que sentarnos con ERC, JxCat y BComú para ver cuál es la estrategia conjunta de recuperación del espíritu del 1-O, que quiere decir sobre todo acompañar el movimiento de la calle desde la institución.

Esto tiene que pasar no sólo por gestos simbólicos, como la pancarta y el lazo amarillo en plaza Sant Jaume, sino por políticas sociales que no necesariamente estén inscritas dentro de los límites legales, competenciales y presupuestarios del Estado. 

¿Por ejemplo?

Las expropiaciones de pisos vacíos. Tienen un margen legal, pero aun así es obvio que atacar los intereses de bancos y fondos buitre generará reacciones en los entornos más privilegiados y por parte del Estado. También la desobediencia a la ley de extranjería o el cierre del CIE. 

Pero estas son batallas que acabarán en los tribunales y que se perderán con toda probabilidad. 

Los tribunales representan intereses diferentes de los nuestros y es posible que las sentencias sean contrarias, por eso ponemos énfasis en que nada de lo que haga la institución tendrá éxito sin el acompañamiento de la calle. Cuando nos dicen que no hay competencias para hacer determinadas cosas nos planteamos que si la gente lo hace desde la calle, ¿cómo no lo vas a hacer tu que tienes toda la fuerza de un Ayuntamiento?

La imagen de esta semana ha sido la constitución del Congreso con cuatro diputados independentistas en prisión preventiva. ¿Qué papel cree que pueden jugar ellos en el devenir del conflicto catalán si no les suspenden?

En tanto que creemos que la estrategia no pasa por el Congreso es difícil pensar en el papel que puedan tener estas personas. Centrar todo lo que se haga para avanzar en el proceso de autodeterminación en los presos políticos nos pone en una lógica defensiva que impide avanzar. Y sitúa en esas personas una responsabilidad que no han de tener ellas sino la gente en la calle. Y hay otra cosa: el PSOE es favorable a la suspensión de los diputados y ahí hay que hacer una reflexión sobre esa idea de que el PSOE es el partido del diálogo y del progresismo. No lo es. La victoria de los socialistas y la derrota de las derechas en las urnas no es un paso adelante, sino que es un paso más en el inmovilismo del Estado.

Hace ahora un año Quim Torra fue investido presidente de la Generalitat gracias a la CUP. ¿Lo volverían a hacer?

No puedo decir que no porque tendría que decirlo la CUP nacional. Las decisiones se toman de forma colectiva. A nivel parlamentario consideramos que la legislatura está agotada por el autonomismo y la incapacidad de revertir el modelo neoliberal y despreocuparse de hacer un gobierno efectivo con políticas sociales que aborden las situaciones de emergencia. Consideramos que la legislatura de Torra está agotada.

El Govern acaba de aprobar un decreto que supone un principio de regulación de los precios del alquiler. ¿Qué le parece?

Es un decreto que trata de contener el precio del alquiler. Hemos tenido poco tiempo para estudiarlo, hemos visto que le da competencias a los municipios, pero parece que en los municipios pequeños la competencia seguiría siendo de la Generalitat. Hay bastantes cosas que haría falta acabar de aclarar. Y haría falta aclararlo porque no han hablado con nosotros antes de hacerlo, por tanto nuestra crítica principal es esa. Además hacerlo cinco días antes de las elecciones cuando has tenido tiempo antes es claramente electoralista. En todo caso, si la medida está bien, bienvenida sea, pero lo ponemos en duda desde el momento que no se ha hablado con la CUP ni con los colectivos de la vivienda, pero sí con los administradores de fincas. Las maneras con las que se ha hecho generan sorpresa y tristeza.

La CUP aprobó los presupuestos de Puigdemont en 2017, mientras que en el Ayuntamiento los 'comuns' les han reprochado no haber sido más favorables a aprobar los suyos. ¿Cómo lo explica?

Yo puedo explicar por qué se han hecho las cosas como se han hecho en Barcelona, y entre otras cosas cuestionar esta visión que da Barcelona en Comú sobre lo que ha hecho la CUP porque está muy alejada de la realidad. Si nos ponemos a mirar cuáles son las medidas por las que los 'comuns' están sacando pecho de este mandato veremos que la mayoría se aprobaron con el apoyo de la CUP. Por ejemplo el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT): nosotros entramos a negociarlo porque nos pareció insuficiente la primera propuesta y, aunque gracias a esa negociación se mejora, aprobamos un plan que no es el nuestro, y eso lo hemos dicho mil veces. Lo mismo con el dentista municipal, también la medida del 30% [la obligación de destinar ese porcentaje a la vivienda pública en las nuevas promociones] se acaba aprobando con el apoyo de la CUP.

¿Y los presupuestos?

En relación con los presupuestos, nosotros aprobamos en 2016 la prórroga presupuestaria de Barcelona en Comú, donde pusimos una serie de condiciones, y no todos ellos se aceptaron. Pese a esto, damos apoyo. Y de las medidas que se debían hacer con ese apoyo, la mayoría no se efectuaron, desde la disolución de los antidisturbios de la Guardia Urbana, por ejemplo, o todo el tema del carné de ciudad. Hay por tanto una serie de incumplimientos del acuerdo presupuestario. Para los segundos presupuestos, BComú los negoció con el PSC y a nosotros nos vienen a buscar los últimos, cuando ya está todo cerrado. Por eso la lectura que hacemos es que no había ningún interés de hablar con la CUP.

Ha habido un debate muy encendido sobre la seguridad en Barcelona. Todos los candidatos proponen más policía para contener el aumento de la criminalidad menos la CUP. ¿Por qué no creen que hagan falta más policías?

Nosotros lo que decimos no es que no hagan falta más policías, sino que antes de hablar de números hablemos de otras cosas, no entremos en una subasta como primera medida. Dentro de esto, es cierto que ha crecido la inseguridad, y lo que nosotros decimos es que es porque ha crecido la desigualdad. No quiere decir que no nos preocupe, lo que ha crecido son los pequeños hurtos, que evidentemente nos preocupa pero que demuestra que está muy vinculado a la desigualdad. Lo hemos dicho muchas veces, cuando hemos hablado con entidades del tercer sector nos dicen que no hay recursos para hacer frente a la desigualdad y que por lo tanto la gente se encuentra sin alternativas.

Lo que planteamos ante esto es hacer énfasis en los educadores de calle, en los servicios públicos y de las condiciones de las trabajadoras. También apostamos por otro modelo policial, que es algo que está aprobado en el ayuntamiento como plan de policía de barrio, pero que luego el comisionado de seguridad nos dice que hay cosas que son imposibles de aplicar por la resistencia del propio cuerpo de policía. Lo que decimos es: ¿realmente tenemos una policía preparada para abordar las problemáticas sociales que tiene esta ciudad? Nosotros creemos que no, y que el debate debe ser cualitativo y no cuantitativo, y dejar de hacer un discurso simplista sobre cuánta policía debe haber y qué armas deben llevar.

¿Hay turismofobia en Barcelona?

Nosotros entendemos que hay problemas de convivencia en relación al turismo, esto es real, pero la fobia que hay es contra la masificación turística, en ningún caso contra los turistas. Sí que creemos que hay una sensación de que esta ciudad está saturada de turistas y que hacen falta medidas para abordarlo. Esto no es una obsesión de la CUP, esto es algo que lo está diciendo la prensa internacional, situando el tema de que hay un problema con el turismo en Barcelona, con el AirBnB y todo este tema, con una afectación obvia para el derecho a la vivienda y muy visible también en lo que genera en el espacio público.

Decía que ustedes son los únicos que apuestan por el decrecimiento turístico, pero el PEUAT también hace que descrezcan las habitaciones en la zona con más presión turística. ¿Les parece insuficiente?

Una de las cosas que nosotros hemos criticado es que creíamos que el PEUAT debía incorporar medidas más contundentes en la zonas de mayor saturación turística, pero más allá, nosotros creemos que toda Barcelona debe ser considera área de crecimiento cero. También lo que hace el PEUAT es centrifugar el problema fuera del centro de Barcelona. No quiere decir que no creamos que hacen falta medidas concretas en las zonas más saturadas, pero sí apostar por un decrecimiento y no por el estancamiento que es lo que hace el PEUAT y que ha hecho que en general crezca el número de alojamientos. Por tanto, sí, pone el freno a la barbarie y al descontrol que había, pero también es poco efectivo porque sigue creciendo el número de alojamientos.

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