Marcha en Barcelona para pedir “trabajo, dignidad y justicia” el Día Internacional del Migrante
“Vinimos para cambiar nuestro futuro, procedemos de países pobres. Queremos vivir mejor, y queremos traer a nuestra familia para que viva mejor, para que viva como vosotros”. Así de contundente se expresa un joven de Ghana que lleva años en España y que ve como la ley de extranjería pone barreras para que pueda regularizar su situación. “Para tener documentación nos piden trabajo, pero en España no hay trabajo, así es imposible, queremos que cambie la ley de extranjería”, reivindica en declaraciones a Catalunya Plural mientras marcha por la calle Ferran de Barcelona.
Alrededor de 300 personas lo acompañan para reivindicar, en el Día Internacional del Migrante, el fin del racismo y el respeto a los derechos de las personas migradas, los refugiados y los desplazados. “Ninguna persona es ilegal”, “trabajo, dignidad y justicia para todos” o “no más noches en Melilla” son los lemas que gritan los que la tarde del viernes han participado en esta marcha.
La movilización ha empezado a las puertas del Ayuntamiento de Barcelona donde los portavoces de distintas entidades, como Tanquem el CIE, S.OS. Racisme, Papeles Para Todos o Stop Mare Mortum, entre otros, han leído un manifiesto. El discurso ha empezado con un grito muy claro: “¡abran las fronteras!”. Han recordado los migrantes detenidos en las fronteras entre Grecia y Macedonia, entre Marruecos y España o entre México y Estados Unidos. También han recordado a los 30.000 desaparecidos en el Mediterráneo desde el año 2.000. “Si por las fronteras se permitiera el paso de los seres humanos y no solamente de mercaderías, las personas no se verían obligadas a tratar con mafias y traficantes”, ha dicho uno de los portavoces.
Han pedido que abran las puertas para dejar pasar a toda esa gente que “huye de la guerra y la violencia económica”. “Hoy nos unimos contra los gobiernos de la Unión Europea y sus leyes de extranjería que niegan a personas inmigradas, ya establecidas en territorio europeo, el derecho a los papeles y a la plena ciudadanía, a la sanidad, y a una vivienda y un trabajo dignos”, han dicho.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) casi un millón de personas han cruzado el Mediterráneo este año intentado alcanzar Europa. El total de refugiados a nivel mundial sobrepasó los veinte millones a mediados de 2015, medio millón más que el año anterior. La organización internacional alertaba en un artículo en diciembre que este 2015 está a punto de exceder todos los records anteriores de desplazamientos globales forzosos. La ONU recordaba que la guerra en Siria y el resto de conflictos en el mundo siguen forzando a la gente a huir de sus países.
Y mientras estos conflictos suceden y los ciudadanos huyen de sus países, en Europa, han dicho los organizadores de la marcha en Barcelona, “cierran fronteras y hacen que miles de personas mueran al mar”. Y han recordado que el auge del racismo y la islamofobia es una realidad que está creciendo en Europa.
El sindicato de vendedores ambulantes se une a la reivindicación
“Nos fuimos por las guerras y por la pobreza, si hoy estamos aquí es por buena suerte”, ha dicho uno de los portavoces del sindicato de vendedores ambulantes en la concentración en la Plaça Sant Jaume. Este colectivo, que lleva unos meses organizado y que intenta encontrar una salida a su situación de persecución e irregularidad, ha querido recordar que han sufrido todo tipo de violencia durante su camino y que han tenido que pasar por unas leyes de extranjería “que nuestros gobiernos inhumanos promueven”.
“Somos negros y somos pobres, somos manteros porque de algo tenemos que comer, no tenemos papeles ni trabajo”, han recordado. También han admitido que la formación del sindicato ha supuesto una mejora porque ahora se sienten “más fuertes”. El Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes nació en octubre por la necesidad de este colectivo de autoorganizarse. La creación del sindicato llegó en un momento marcado por los incidentes entre la Guardia Urbana y los manteros en Barcelona y la muerte de Mor Sylla en Salou en verano.
