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ERC evita por tercera vez que Mas declare en la comisión Pujol

Jordi Pujol en su comparecencia parlamentaria en septiembre.

Siscu Baiges

Barcelona —

ERC ha evitado, por tercera vez, que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, tenga que comparecer en la comisión parlamentaria de investigación sobre el Fraude y la Evasión Fiscal y las Prácticas de Corrupción Política. La nueva petición de comparecencia se ha planteado en la sesión que ha celebrado la comisión este lunes. Han votado a favor todos los grupos excepto los de CiU y ERC, que disponen de mayoría de veto.

El portavoz republicano ha reiterado el argumento que ya utilizó en las anteriores votaciones al respecto: “El presidente debe comparecer en el Parlament pero debe hacerlo en la Comisión de Asuntos Institucionales”. La portavoz de CiU, Meritxell Borràs, ha augurado que se volverá a pedir la comparecencia de Mas en futuras sesiones. El resto de grupos han acusado a ERC de proteger a Mas y han defendido la necesidad de que comparezca porque fue consejero jefe y titular de Obras Públicas y Planificación Territorial cuando se produjeron algunos de los casos que estudia la Comisión. Sí se pusieron de acuerdo todos los grupos para incluir a Mireia Pujol Ferrusola, la hija pequeña del expresident Pujol, entre las personas llamadas a declarar.

En la sesión de este lunes intervinieron el catedrático de Derecho Penal Jesús María Silva, el socio de Deloitte Abogados Santiago Doce y el exfiscal superior de Catalunya José María Mena. La intervención de Mena ha sido larga -dos horas y media- y ha supuesto una suerte de flash-back histórico. Treinta años atrás, el Parlament fue invadido por grupos de personas que abucheaban a los diputados de los partidos de la oposición, especialmente a los del PSC, acusándolos de complicidad con la querella que la Fiscalía General del Estado planteó contra Jordi Pujol y el resto de miembros del consejo de administración de Banca Catalana por la quiebra de esta entidad. Este lunes, los pasillos del Parlament estaban vacíos pero en la sala de la Comisión que investiga el caso Pujol y otros asuntos corruptos de la historia reciente de Catalunya se respiraba una cierta tensión.

El exfiscal José María Mena ha advertido que intervenía en función del cargo que tuvo cuando preparó la querella de Banca Catalana y que, por tanto, no emitiría opiniones personales. También ha avisado que, treinta años después de aquellos hechos, tiene “unos recuerdos difusos” que no le permiten una precisión absoluta al ofrecer datos relacionados con el caso. Meritxell Borràs le ha acusado de tener una “memoria selectiva” y ha recordado su militancia en el PSUC y su apoyo a candidaturas políticas de ICV. La portavoz convergente ha destacado que 33 de los magistrados que estudiaron la querella desestimaron el procesamiento de Jordi Pujol y los otros implicados. “O no se instruyó bien, o no se probó nada o no había nada”, dijo Borrás, que también dejó caer que José María Mena había fracasado al querer sacar adelante otras investigaciones similares.

Un Mena aparentemente relajado ha encajado estas críticas y ha insinuado que Borrás pretendía justificar la gestión de Jordi Pujol al frente del banco. “Estoy acostumbrado a jugar en el banco perdedor y así terminaré”, ha afirmado.

Antes del rifi-rafe con la portavoz de CiU, José María Mena había detallado, en los intercambios con los demás portavoces, la forma como los gestores de Banca Catalana sacaron provecho económico personal de la entidad en quiebra. Este “vaciamiento progresivo” de Banca Catalana se basaba en una Caja B oculta a la Junta General de Accionistas y a las autoridades monetarias que permitía pagar extratipos a las personas querelladas, su entorno cercano y clientes VIP, intereses elevados a sociedades instrumentales, complementos de los sueldos, la cancelación precipitada de depósitos y la enajenación de acciones pocos días antes de la crisis final del banco.

Las ganancias que obtuvieron cada uno de los imputados en ese proceso, incluido el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, continúan, de momento, en la oscuridad, aunque Mena ha recomendado a los miembros de la Comisión que busquen más información en la documentación del caso acumulada en el Palacio de Justicia. Algunos asistentes a la sesión han comentado que estos datos se conocerán pronto con las investigaciones que se están llevando a cabo y un libro que se publicará en el mes de febrero.

Mena ha asegurado que dispone de informaciones que vinculan el dinero que Jordi Pujol reconoció el pasado 25 de julio que había tenido durante 34 años escondidos en el extranjero y los que desvió de Banca Catalana con los procedimientos denunciados en la querella. Y en cuanto a la negativa de 33 de los 41 magistrados de la Audiencia de Barcelona al procesamiento de Pujol y los demás directivos de Banca Catalana cree que “no hubo prevaricación sino seguidismo”. Para él, en la oposición de estos magistrados pesó bastante la voluntad de no enfrentarse a la presión social y, en algunos casos, “el ánimo de no complicarse la carrera judicial”.

Como despedida, el ex-fiscal ha pedido que se dediquen más medios humanos y técnicos a los juzgados para investigar estas cuestiones y “que no se repita lo que ocurrió hace treinta años”. José María Mena elaboró el escrito para pedir los procesamientos por el caso Banca Catalana junto con el fiscal Carlos Jiménez Villarejo, que ayer no pudo comparecer. Su intervención prevista para después de vacaciones es una de las más esperadas por los miembros de la Comisión.

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